Hoy, a las puertas de unas merecidas vacaciones, hemos vuelto a invertir en educación como herramienta que nos augure un futuro mejor. Hemos intentado, entre todos, motivarnos, visualizando todo aquello que somos capaces de hacer, con nuestro trabajo y nuestra implicación, para mejorar la situación de los negocios de nuestros clientes, ayudándolos a rentabilizar más su esfuerzo y el de sus equipos y, sobre todo, colaborando estrechamente en sus procesos de diversificación y optimización.
Hemos renovado y adaptado, a la situación actual, nuestras principales líneas estratégicas, con la confianza y seguridad de que serán capaces de convertirse en vehículo de crecimiento, para unos, y tabla de salvación, para otros.
Durante la reunión, ha quedado patente la situación anímica de cada uno de los integrantes de este maravilloso equipo -que tengo la fortuna de dirigir- su nivel de motivación y, sobre todo, su poder de convicción.
La nota media para los participantes de esta jornada sería, del uno al diez: un seis. Entre ellos habrían matrículas de honor, suspensos clamorosos, algún progresa adecuadamente y varios aprobados por los pelos.
Como asignatura pendiente seguimos teniendo cierto déficit de comunicación y como defecto, en algunos casos, echo en falta cierta dosis de autocrítica y un mayor grado de implicación.
Lo más importante es que seguimos en la lucha, seguimos creciendo y seguimos unidos. Somos un grupo humano fuerte y capaz de conseguir las más altas metas que nos propongamos y que nos exijan desde la empresa. Mi trabajo consiste en sacar lo mejor de cada uno de vosotros, incluso aquello que pensáis que no sois capaces de hacer o de lograr.
Un equipo como el nuestro no tiene límites. Por eso os pido, ahora que nos vamos de vacaciones, que, a nuestro regreso, luchemos con las fuerzas renovadas, con las ilusiones intactas y dando lo mejor que llevamos dentro.
Si todos lo queremos y lo deseamos, si todos nos unimos en la lucha, si nos entregamos redoblando esfuerzos y apoyándonos en nuestras estrategias, esta segunda parte de la crisis tampoco nos tumbará.
No será fácil, quizás hasta sea duro, pero yo lo voy a pelear. Espero de todos vosotros, como le ocurrió a Forrest Gump, que me sigáis. Nos queda mucho camino por recorrer.
De todo corazón: ¡Gracias!
Felices vacaciones.