lunes, 25 de septiembre de 2023

Ojo a la virulé

Desde su creación, allá por febrero de 2.010, este modesto blog ha tenido momentos dulces, y otros malos, como cuando te pegan un puñetazo en el ojo y te lo dejan a la virulé, o a la funerala. Sin embargo, he tomado la determinación de no tirar la toalla. Pienso seguir combatiendo contra mi mismo, pese a que los espectadores-lectores van disminuyendo progresivamente, atraídos por otros formatos más visuales y dinámicos. De este blog han salido muchos relatos que se han ido incorporando a varios de mis libros, por lo que se ha convertido en un maravilloso fondo de armario literiario, y gratuito, accesible a todo el mundo que le apetezca hurgar en mis luchas y en mis contradicciones. Pese a mi edad, que no es poca, sigo siendo un púgil aguerrido con ganas de seguir bailando sobre el cuadrilátero.

jueves, 21 de septiembre de 2023

Adivinanza del camaleón

Soy lento para lo que quiero. Mi color lo elijo yo. Cuando me aburro, subo a lo alto de un árbol a observar los dibujos que se forman en las nubes, y si puedo, me zampo a alguna mariposa despistada. En tierra me desenvuelvo con más torpeza, pero no me coman de vista. Mi plato favorito son los moscardones; cuanto más feos y gordos mejor. Miro, al mismo tiempo, para adelante y para detrás. Si me quedo quieto no serías capaz de verme. Si te saco la lengua te asustarías: ¿Quién soy?

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Bosnia a la carrera

Sarajevo, Vitez, Banja Luka, Mostar, Sarajevo. Musulmanes, ortodoxos, católicos. Prorrusos y proeuropeos. Chicas con burka y en minifalda. Mucho cevapi y mucho burek. Dulces para engordar cien kilos. Bozas fresquitas para el calor. Rezos desde minaretes en tecnicolor. Café turco que se mete entre los dientes. Calor sofocante. Ranas que cantan hasta la desesperación. Souvenirs con mensajes. Ancianos conduciendo viejos Yugo de la época de Tito. Restos de metralla. Avenidas de francotiradores. Zocos laberínticos. Paisajes de ensueño. Autobuses cargados de misioneros cantando hacia Medjugorje. Y esperanza, mucha esperanza. Así he visto Bosnia.

martes, 5 de septiembre de 2023

Palabras envenenadas

Le temo a las palabras que, endulzando los oídos, consolidan lo contrario de lo que significan.

lunes, 4 de septiembre de 2023

Mapa imaginario

Sin saber el motivo que me lleva a hacerlo, disemino mis collages y mis dibujos por muchos lugares del mundo. Tal vez, entre todos ellos se este formando un mapa, un itinerario, o un dibujo misterioso que de lugar a un algo que aún no tiene sentido, ni forma, ni razón de ser. No nos engañemos, probablemente nunca la tenga, aunque en el mágico mundo de mi fantasía yo siga pensando que sí.

jueves, 31 de agosto de 2023

Soñar

Uno, que es mucho de soñar, sueña en mundos imposibles, en realidades paralelas, en descubrimientos asombrosos, en viajes infinitos, o en amores eternos. Dicen que soñamos dormidos, o en duermevela, y hasta completamente despiertos. Durante una noche larga y oscura, o en una siesta corta y sudorosa en pleno verano. Soñamos para evadirnos, soñamos sin querer, soñamos queriendo, y soñamos viviendo. A mí me cuesta horrores recordar los sueños. Yo creo que sueño, como todo hijo de vecino, pero rara vez conservo el sueño en mi memoria cuando mis ojos dicen de abrirse. Estoy condenado a soñar mientras la gente piensa que estoy despierto y, puede que lo esté, pero, delante de sus narices, muy probablemente, mientras les miro a los ojos, esté soñando.

lunes, 28 de agosto de 2023

El sapo corredor

Hace tiempo que anhelaba este reencuentro. De niño, en la pedanía molinense de La Espada, cuando caían cuatro gotas, aparecían unos pequeños sapillos, muy simpáticos, de varios colores, y de ojos saltones, que parecían mirarte fijamente como para pedirte clemencia. Por desgracia, los sapos siempre han formado parte del lado maligno de los cuentos, como ingrediente necesario para las pócimas de las brujas, o simplemente como víctima fácil de niños bravucones y despiadados con ganas de exhibir su errónea masculinidad. De hecho, una matanza de sapos en una charca, realizada por un grupo de estos niños, me marcó para siempre, y me llevó en volandas a implicarme de lleno en la defensa activa de la naturaleza. Hoy, he tenido la suerte, después de cuarenta años, de tropezarme nuevamente con uno de ellos, muy cerca de donde los veía de niño. Me ilusinó pensar que, tal vez, estaba frente al descendiente de alguno de los pocos sapos que escapó con vida de aquella matanza.