lunes, 30 de mayo de 2022

Los años de las brevas

Ayer le llevé unas brevas a mi padre y se emocionó. -Pensé que este año no llegaría a catar las brevas -me dijo. -Pues vaya que sí has llegado. ¡Aquí las tienes! Este es un pequeño extracto de una conversación en la que he descubierto una extraña sincronización con mi padre que hasta este momento desconocía: para nosotros, los años no arrancan en enero, los años se inician con la llegada de las brevas. Llegando las brevas se inicia otro ciclo vital cuya gran finalidad es la de llegar a la siguiente temporada de brevas, y así sucesivamente en un bucle tan solo alterado por la llegada de los higos. Pero los higos son otra cosa; la magia, amigos y amigas, está en las brevas.

jueves, 26 de mayo de 2022

Alocado soliloquio

Abuso del soliloquio. Hablo, y hablo, y hablo, en la soledad de mi caminar. Hablo en el coche. En la ducha. En la dicha y en la desdicha. Hablo de noche y de día. Hablo con la única finalidad de no estar callado. Hablo en voz alta y para mis adentros. Hablo conmigo mismo para confrontar mi lado racional con mi lado más salvaje e irracional. Busco el imposible equilibrio de mi dualidad en inagotables conversaciones que no me llevan a ningún sitio, ni me aclaran nada. Uso palabras en vano para convencerme de lo imposible, para redimirme de mis pecados, y liberarme de mis obsesiones. Mis soliloquios, fuera de mi particular contexto, bien podrían considerarse locuras, divagaciones de una persona que no anda en su sano juicio. Hablo y camino. Camino y hablo. Me lo cuestiono todo. Todo podría ser de otro modo. Un día opino que todo se podría solucionar y al día siguiente pienso que esto ya no tiene arreglo. Y mientras camino conviviendo con mis neuras, la vida sigue, impertérrita, absorta en su continuo girar y girar, abusando del inquietante magnetismo que mantiene el universo.

jueves, 19 de mayo de 2022

Mal escondido

Me han contado que un señor, estresado a más no poder, decidió apartarse del mundanal ruido escondiendose en el interior de una vieja lavadora. El problema es que no tuvo en cuenta la incomodidad del centrifugado y le costó más el remedio que la enfermedad. Tras renunciar a su idea, y llamar a los servicios de emergencia, tardaron varias horas en poder liberarlo. Para pagar la factura de los bomberos tuvo que financiarse con un banco usurero en 36 cómodos plazos. Dicen que, tras aquello, cada vez que eructa, de su boca salen iridisadas pompas de jabón. Sus vecinos andan preocupados porque, en más de una ocasión, le han escuchado decir: a la segunda va la vencida.

jueves, 12 de mayo de 2022

Eva fue para Eva

Entre las múltiples facetas que desempeño en mi puesto de trabajo está la de ejercer de motivador. Me gusta desarrollar dinámicas de motivación en plena naturaleza. En ellas, más allá de ayudar e inspirar a los partipantes, me gusta fomentar valores como el respeto, la solidaridad, la protección del medioambiente, el fomento de la cultura y el arte en todas sus formas, y, sobre todo, provocar la convivencia entre profesionales para compartir experiencias que nos impulsen hacia adelante. Una de estas actividades la realizo mediante caminatas por espacios naturales de especial interés. Al comienzo de las mismas, cada partipante recibe un sobre. Dentro de estos sobres incluyo frases, esquemas, adivinanzas, propuestas, y sorpresas que vamos abriendo y compartiendo sobre la marcha. A una de las últimas caminatas vino Eva. En la tarjeta que Eva cogió al azar se ofrecía la posibilidad de elejir entre un libro y un collage, y ella eligió el collage, que recibiría al finalizar la jornada. El collage lo hice un año antes y lo escogí al azar de un cajón en el que guardo cientos y cientos de collages que hago compulsivamente desde hace décadas. Durante toda la jornada Eva se mostró muy preocupada por la situación profesional y personal por la que estaba atravesando. Hablamos largo y tendido sobre diferentes opciones para hacerle frente. Ni que decir tiene que los nervios y las emociones estaban a flor de piel y las lágrimas hicieron acto de presencia. Al final, cuando saqué el collage del sobre en el que estaba guardado, todos nos llevamos una gran sorpresa. Ahora todos piensan que tengo algo de brujo. Lo que no saben es que el primer asombrado fui yo.