martes, 31 de enero de 2023

Diez minutos

Ni uno más ni uno menos. Hoy solo puedo dedicarle diez minutos a este viejo blog. Raudo y veloz ordeno mis ideas para intentar la proeza de darle un buen uso a esa limitación temporal. Nueve minutos y aún no arranco con claridad con el texto. Ocho minutos y siento que el intento puede quedar en un triste gatillazo. Siete minutos y me planteo que, quizás, la descripción de este momento sea tema suficiente, y no menor, como para convertirlo en una hazaña literaria fruto de la ansiedad que me caracteriza. Seis minutos y pienso, desconozco el motivo, en un tipo corriendo a toda velocidad con la lengua afuera. Cinco minutos y reparo en que una canción de un cantante de éxito, rapero por ejemplo, dura menos de cinco minutos. Cuatro minutos y sigo pensando igual que cuando comencé a escribir hace seis. Tres minutos puede ser demasiado tiempo para aguantar la respiración bajo el agua. Dos minutos intensos para saborear el sabor amargo del fracaso. Un minuto de gloria en el que a un velocista le sobrarían varios segundos para batir el récord del mundo de los cien metros lisos. ¡Tiempo!

martes, 24 de enero de 2023

El viejo profesor

Nadie hará por vosotros lo que tenéis que hacer. Nadie mirará por vuestros intéreses. Nadie cambiará vuestro destino, eso tan solo lo podéis hacer vosotros. Lo que cada uno de vosotros puede lograr ni vosotros mismos lo sabéis. Estoy seguro de que desconocemos gran parte de nuestra potencialidad por la sencilla razón de que evitamos exponernos a situaciones límite, y en esas situaciones extremas es donde se esconde el superhéroe que todos llevamos dentro. Somos nuestro peor enemigo y nuestro mejor aliado. Una íntima dualidad en permanente confrontación. La facilidad nos mata. La dificultad nos engrandece. Dejar de aprender es dejar de vivir. La vida es diferente cada vez que aprendemos, o descubrimos, algo nuevo. Poneros objetivos. Cread proyectos. Leed cientos de libros. Soñad. Corred. Cantad. Bailad. Gritad. Perderos en un bosque. Bañaros en el mar. Dibujad sin saber. Escribid lo que os de la gana aunque tengáis cientos de faltas de ortografía. ¡Ya tendreís tiempo de aprender! -dijo el viejo profesor- Aunque esto ya os lo he repetido más de cien veces...pero veo que no me hacéis caso. ¡Allá vosotros! Cuando seaís mayores os acordaréis de mí.

miércoles, 18 de enero de 2023

Huyendo de Enclava

Junto a mi inseparable amigo Artur, aprovechando un viaje de trabajo por el Polvorín de los Balcanes, quisimos dar un golpe de estado en Enclava, un diminuto territorio, fruto de la incongruencia de unos mapas, situado entre las fronteras de Croacia y Eslovenia. El dueño del solar en cuestión, al vernos merodear por allí, nos amenazó con un arma: -¡Salid de aquí, mamarrachos! ¡Estoy harto de locos como vosotros! Ahí fue cuando, derrotados, decidimos abandonar nuestra egoísta lucha por un mundo mejor.

martes, 17 de enero de 2023

Alipende y peliforro

Todo se extingue: los imperios, los países, los idiomas, el fuego de la hoguera, las focas monje del mediterráneo, y, también, las palabras. No hace mucho descubrí la palabra "alipende". Indagué sobre el uso que se le daba antaño en la Huerta de Murcia y, seguún pude averiguar, la palabra alipende hace referencia a una persona que merodea por ahí sin oficio ni beneficio. Tal vez, para darle una bocanada de oxigeno, ante el oscuro destino que le persigue, la he traído hasta aquí. Por fortuna, nunca me llamaron alipende, pero sí "peliforro", me lo decía a grito pelado mi amiga Conchi, de Barqueros, una pequeña población de apenas unos cientos de habitantes, situada entre Alcantarilla y Librilla, en la que no estaría de más que los estudiosos de la lengua se dieran una vueltecita para disfrutar de un simpático y valioso trabajo de campo. Tal vez, al igual que pasa con los animales, nos esté faltando una sociedad protectora de palabras.

lunes, 9 de enero de 2023

Otro año que comienza

Arranca otro año, como tantos otros, escribiendo en este blog y llevando a mi niña al colegio. Escribo por cabezonería, por no abandonar, por no perder la partida contra blogger y contra la rutina que nos acecha. He comenzado este año con un nuevo proyecto literario, para el que he tenido que apartar un poco a mi segunda novela, que vendrá cargado de microrrelatos y aforismos. Ya llevo ochenta y cinco y espero superar los cien. Después comenzará la criba, la ordenación, la corrección, crear o buscar una portada chula y, por último, la edición. Aún no tiene título, aunque varios de ellos pupulan por mi cabeza. Me encanta tener proyectos que me mantengan ilusionado y creativo. Este niño viejuno sigue su curso.