viernes, 19 de febrero de 2021

Monsergas

La tierra no es redonda. El calentamiento global es una falacia. Hitler fue un santo y los campos de exterminio eran campamentos de boys scouts. Las vacunas nos meterán un microchip y estaremos controlados por Bill Gates. Son tan solo unos tristes ejemplos de los disparates que circulan a nuestro alrededor. Si me pinchan no me sale sangre. Para nuestra desgracia, cada vez son más las personas que se suman a la contracultura, a generar desinformación, a sembrar desconcierto y miedo entre la población para captar la atención de los más débiles y someterlos a su antojo con mensajes más propios del surrealismo que de nuestro tiempo. La involución nos acosa. La política y los políticos nos generan rechazo. Y ese alejamiento de la política facilita aún más el crecimiento de los que medran con nuestro descontento. Los extremismos no son una solución, nunca lo han sido. La moderación es más necesaria que nunca para generar debates constructivos que aborden los verdaderos problemas que se ciernen sobre nuestra sociedad. A los ciudadanos no nos interesan los conflictos entre partidos ni tampoco que nos roben nuestro valioso tiempo con teorías descerebradas. Tenemos muchos frentes que abordar con urgencia: la transición ecológica urge como medio para doblegar la curva del calentamiento global y contruir un nuevo modelo económico, la digitalización como herramienta para desarrollar cohesión social y territorial, el fomento de la investigación y de la cultura a todos los niveles, la mejora y el fomento de la salud universal y de la educación. Tenemos por delante tantos y tantos retos que abordar que es una pena que nos anden confundiendo y bloqueando con tantas monsergas.

martes, 16 de febrero de 2021

El regalo

Hay regalos desabridos. Regalos insulsos. Regalos tontos. Regalos inútiles. Regalos inmerecidos. Regalos perversos. Regalos envenenados. Regalos interesados. Regalos anticipados y regalos a destiempo, que ya no sirven. Hay regalos que salen del alma y otros que te la roban. Hay regalos que no son nada y regalos que lo son todo. Regalos para empezar y regalos para acabar. La vida es el mayor de los regalos que hemos recibido y que recibiremos nunca. Y, dentro de esa vida, nos regalamos y nos regalan tiempo para regalar. Un amor es un regalo. Un hijo es un regalo. Un beso es un regalo. Una llamada es un regalo. Incluso un adíos puede ser un merecido regalo. A veces nos regalan tanto que por inmenso nos acaba por aturdir, y, en otras, añoramos un regalo de quién nunca nos regalará nada. A mi abuela le regalaron turrón de Alicante que no podía masticar. A un ciego una novela que nunca pudo leer. A un abstemio un vino dulce que acabó avinagrándose. Yo regalo esfuerzos que acaban en nada. Regalo ilusiones que acaban desilusionando. Regalo lecturas a gente que nunca lee. Lo valioso no es llegar a ninguna meta, lo verdaderamente valioso es saber disfrutar por el camino. El camino es nuestro auténtico regalo. Si bien hay gente que se cree con derecho a que se lo regalen todo, yo tengo muy claro que nací para regalar.

jueves, 4 de febrero de 2021

El muelas

Arcadio Peñalves, también conocido como "El muelas" era un tipo normal, suponiendo que esa tipología de personas existiera. Le llamaban "El muelas" porque tenía unas muelas tan grandes que parecían de burro, y en el colegio desde pequeño le llamaban así; como a otro le decían "El gafotas", y a otra "La jirafa", y a su amigo Bartolo "Cabezabuque". Pero eso fue en primaria. Sin embargo, en la secundaria todo cambió. Y cambió un día en el que, jugando al balomnano en el patio del colegio, un compañero le tiró del pantalón hacia abajo y se le vió el colgajo. Y aquello no era humano, era equino, como las muelas. La fama de "El muelas" corrió como la espuma en Fuentedetodos, y todas y todos querían verificar que, aparte de las muelas, Arcadio tenía de burro más de una característica fisiologíca, y que no eran precisamente las muelas, ni tampoco las orejas; aunque muy listo no es que fuera, la verdad. Pronto tuvo fama entre el sector femenino, pero del éxito rapidamente pasó al terror. Le tenían miedo. Ninguna mujer en su sano juicio era capaz de hacer frente a tamaña desproporcionalidad, y el Muelas entró en caída libre. De psicólogo en psicólogo, Arcadio arrastraba su masculinidad como un barco arrastra el ancla, o una campana el badajo. Hasta que llegó a oídas de una ginecóloga llamada Dolores Berlanga, a la que, pese a su nombre, no le dolía nada, pero era mucho lo que necesitaba. Y es que andaba necesitada de lo que a Arcadio "El muelas" andaba sobrado. Los órganos sexuales de Dolores eran tan grandes que, hasta la fecha, y ya tenía cerca de cuarenta años, no había sentido nada con ningún hombre, cosa que, según parece, les pasa a muchas mujeres sin tener esa extraña deformidad. Arcadio Peñalves y la doctora Dolores Berlaga, contraeran matrimonio el próximo día 14 de febrero, día de San Valentín. Los padrinos serán "El gafotas" y "La jirafa" y la boda la oficiará "El cabezabuque" que ante la escasa demanda que generaba entre las mujeres de la comarca, y no tener ninguna cita en Tinder después de llevar tres años a la espera, decidió meterse a cura. Para cada golondrina hay un balcón. ¡Que por nadie pase...!