Cuando mi hija Yolanda hizo este collage, no existía este blog. Ni la casa desde la que les escribo en este momento. Ni Ciudadanos. Ni Podemos. Y el rey era un señor bonachón que cazaba elefantes.
Por aquel entonces, ella tendría seis o siete añitos, unos tirabuzones rubios que quitaban el sentido, y pasaba por ser la única niña del mundo capaz de ver diez veces seguidas Mary Poppins sin moverse de su asiento. Y era preciosa. ¡Y lo sigue siendo!. Aunque ya no sea tan niña -va para veintiún años-, está luchando por labrarse un camino profesional, y disfrutando, con mucha cabeza, de su hermosa juventud.
Ahora, justo cuando llego a las ochocientas publicaciones en este blog, que siempre anda "En construcción", mi hija Ana María, preciosa como ella sola, cumple siete meses de vida, le han salido dos dientes, y ya dice papá. Soy, por consiguiente, un viejo bloguero orgulloso de sus hijas y orgulloso de este blog; al cual mantengo a modo de gimnasio mental, tabla de salvación, pista de entrenamiento, banco de pruebas, muro de mis lamentaciones, y, también, como vocero de mi propia épica.
Bienaventurados, por tanto, mis lectores, porque vuestro será el Reino de la Paciencia. Bienaventurados por acompañarme y no dejarme solo ante esta incomible sopa de letras. Bienaventurados por perdonarme todas mis torpezas y todas mis incongruencias. Bienaventurados, todas y todos, los que me comentáis las entradas, ya que son el combustible que utilizo para seguir escribiendo.
Ochocientas entradas, que las han sido, de subsistencia. Ochocientas entradas de numantino esfuerzo. Ochocientas entradas que ni un monje budista ni yo mismo nos atreveríamos a releer. Ochocientas entradas que van atisbando una salida cada vez más cercana. Un honroso punto y final que, en algún momento, más bien antes que después, como editor de esta cosa, me tendré que plantear.
De momento, sin ningún tipo de prisas, voy a por las mil. ¡Y sálvese quién pueda!
Que sean 800 mas entre la ironia, la gracia y la verdad.
ResponderEliminarFelicidades.
Besos
Lo intentaré, Inma. Mil gracias.
EliminarBienaventurado tu, que nos permites leer, que es algo que nos encanta
ResponderEliminarBienaventurado tu, que provocas en nosotros sentimientos...alegria, nostanlgia, realidad, sueños...
Gracias por ser como eres...
Un abrazo
Me emocionan tus palabras, Conchy. Tendré que seguir mejorando para no fallaros. Un abrazo.
EliminarComo el tiempo, tus relatos se an pasado volando. Vamos a por los 1.000¡¡¡
ResponderEliminarA por ellos, que son pocos y huyen. Un abrazo, Mario.
EliminarAfortunados nosotros por poder disfrutar de tus letras.
ResponderEliminarAquí seguiré. Muchas gracias.
Un abrazo
Y yo me siento afortunado por tener lectores tan entrañables como tú, Amalia. Un abrazo fuerte.
EliminarUn abrazo grande para ti y tu familia.
ResponderEliminarUn agrado compartir contigo tus bellos post llenos de buena energía y dulzor.
Besossssssssssssssssss
mar
Así es Mar, soy un neoromántico de mediopelo. Un abrazo.
EliminarMERCE CARDONA.Dice, por primera vez visito tu casa, así la llamo yo, y la verdad me lo he pasado muy bien, asi que te seguiré. besesssss
ResponderEliminarBienvenida a esta casa, como somos pocos, aún quedan cuartos vacíos. Un abrazo, Mercedes.
EliminarMuchas felicidades! es un placer leerte siempre y gracias por dejarme pasar a tu habitación mas intima, y leer lo que de verdad te sale del alma :)
ResponderEliminarMuchas gracias, Maricruz, por leerme y formar parte activa de este modesto blog. Saludos
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