miércoles, 18 de enero de 2023
Huyendo de Enclava
Junto a mi inseparable amigo Artur, aprovechando un viaje de trabajo por el Polvorín de los Balcanes, quisimos dar un golpe de estado en Enclava, un diminuto territorio, fruto de la incongruencia de unos mapas, situado entre las fronteras de Croacia y Eslovenia. El dueño del solar en cuestión, al vernos merodear por allí, nos amenazó con un arma: -¡Salid de aquí, mamarrachos! ¡Estoy harto de locos como vosotros! Ahí fue cuando, derrotados, decidimos abandonar nuestra egoísta lucha por un mundo mejor.
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Otra vez será.
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