Confirmado. El mundo no se acabará el día 21 de diciembre como habían predecido ciertos brujos mayas, cuyo paradero, en estos momentos, se desconoce. De hecho, esta misma mañana, un grupo de ellos hacía un llamamiento a la calma asegurando que, donde antes decían que sí, ahora decían que no. Estos señores me han recordado a nuestro presidente Mariano Rajahoy que, donde decía lo blanco, ahora hace lo negro y pasar no pasa nada. Para tranquilizar a la población mundial sobre si se acaba el mundo o no, la NASA ha emitido un comunicado donde asegura, con meridiana claridad, que el mundo -y con él el bombo de la lotería de navidad- seguirá girando el día 22, y la gente continuará matándose, arruinándose y reproduciéndose con toda normalidad.
En Bugarach (Francia), como no podría ser de otro modo, la noticia ha sentado como un jarro de agua fría. Los miles de nuevos vecinos que se habían empadronado en la pequeña población para salvarse de la hecatombe que se avecinaba, y que estaban aportando pingües beneficios a la municipalidad y los comerciantes del lugar, han comenzado a hacer las maletas y se disponen a abandonar el pueblo en los próximos días.
Según una información, aún por contrastar, el promotor inmobiliario Jean Poul Belmont se habría suicididado al mediodía, ya que desde que las primeras noticias sobre la suspensión del fin del mundo comenzaron a circular por todas las agencias de información, las cancelaciones de las reservas de chalet adosados se habían comenzado a cancelar en cadena y los directores de varias sucursales bancarias andaban buscando al infortunado promotor.
Ahora, al parecer, los mayas vaticinan una nueva era solar en la que la paz y el entendimiento entre las diferentes razas, religiones y pueblos será lo cotidiano. Lo que no dice la fuente es si esa aseveración la expusieron antes o después de fumarse una pipa de marihuana o beberse unos tragos de ayahuasca.
De cualquier manera estamos todos de enhorabuena. ¡Seguiremos sufriendo una nueva era!
Mientras el tiempo rueda, gocemos de la buena literatura.
ResponderEliminarBien.