Soy un tipo con suerte. Todo el mundo me lo dice desde hace mucho tiempo. De hecho, en ocasiones, he sorprendido a gente restregándome décimos de lotería por la espalda con la ilusión de que les tocara el gordo. Pero el único gordo que les tocaba era yo. Otras veces, alguna mamá me ha traído a su bebé para que le librara del mal de ojo. Es lo que tiene ser un suertudo.
Quizás, por esa misma suerte que me persigue como una segunda sombra desde que tengo uso de razón, tengo la "suerte" de dirigir un equipo comercial que, pese a la crisis, sigue creciendo y disfrutando de su trabajo, y lo que es mejor aún, intentando ayudar en todo momento tanto a sus compañeros como a sus clientes.
Tengo la suerte de que mi equipo haya aprendido a trabajar disfrutando, creando, proponiendo y sobre todo, asumiendo el hecho de trabajar, no como una obligación, sino como una oportunidad de desarrollo, tanto personal como profesionalmente.
Nuria Manuel y Yolanda Huertas -las dos bellezas que me abrazan en la foto- son dos de mis grandes suertes. Son un ejemplo a seguir. Ambas han cubierto hace días los objetivos que consensuamos, a comienzos de año, demostrándonos a los demás que sí se puede.
Nuria y Yolanda encarnan a la perfección a esas personas incansables, que se entregan a su trabajo en cuerpo y alma. Siempre están ahí cuando se les necesita. Sus colaboradores se sienten afortunados de tenerlas a su lado y sus clientes las valoran como si fueran parte de su propia empresa.
En un entorno de crisis, económica y de valores, como el que, desafortunadamente, nos está tocando vivir, ellas son la prueba evidente de que sí se puede. Sí se pueden alcanzar las metas y sí se pueden alcanzar los sueños.
Es cierto, por qué negarlo, yo sólo soy un tipo con suerte. Eso sí, con mucha suerte.
Gracias Nuria.
Gracias Yolanda.
Pero hay quienes viven renegando de su suerte, pese a que todos los días tienen un trabajo al cual ir, tienen metas que se pueden cumplir,tienen que llevar a su mesa después de un duro día de trabajo y tienen gente linda por la que vale la pena trabajar.¿Entonces por que carajos se la pasan renegando de su suerte?¿Porque están tan enojados consigo mismos? o simplemente sera que en verdad están esperando a que esa buena suerte se acabe para ahí si decir que mala suerte la que tengo.
ResponderEliminarSuerte, no seas fantasma, si lo único que te llevaste fue un par de besos, suerte seria que te dieran esas dos bellezas un masajito, etc, etc, etc.
ResponderEliminarLa suerte se hace, no nace ahora me estoy dando cuenta a tan corta existencia mía que empecé a parir mi suerte......, Mary peras
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