Leo el titular:
"Niña de nueve meses llega sola a Lampedusa al morir su madre durante la travesía"
Atónito, continúo leyendo. La noticia explica cómo la madre pereció víctima de las gravísimas quemaduras sufridas al arder el combustible de la propia embarcación. Los inmigrantes viajaban desde Libia hasta las costas de un sueño llamado Europa. La madre, al parecer, era originaria de Mali.
Al llegar a la isla italiana de Lampedusa, la pequeña fue atendida por el doctor Pietro Bartolo, protagonista de la película "Fuocoammare" y que ganó el León de Oro en el último festival de Berlín.
El doctor, que asegura que la pequeña se encuentra bien de salud, ha solicitado la posibilidad de acogerla él mismo en adopción.
Me emociona la gente así. Me emociona esa madre que ha entregado su vida para que su pequeña tenga un futuro digno. El destino -yo creo en el destino- le tenía deparado ese último y inconmensurable esfuerzo: el sacrificio. Inmolarse para traer a su hija al otro lado del mundo. Al lado de los que, aún teniendo poco, tenemos derechos. Imagino a esa madre, en aquella paupérrima barcaza, protegiendo a su hija de las llamas con su propio cuerpo. ¿Existirá una prueba más grande de generosidad?
Me emociona el doctor Bartolo. Sensible ante el dolor ajeno. Generoso. Implicado. Humano. Héroe. Un auténtico Doctor Honoris Causa.
De un tiempo a esta parte, los más pobres, los más humildes, los más generosos, son los que nos brindan las más grandes lecciones de vida.
Madre entre las madres, descansa en paz. ¡Bienvenida a la esperanza, pequeña!
Menuda lección....
ResponderEliminarNos queda mucho que ver y mucho que aprender, Jorge. Un abrazo.
EliminarEsperemos que no le pongan pegas para poder acogerla. La burocracia está super reñida con la generosidad.
ResponderEliminarUnn abrazo.
No creo, ese doctor ya es demasiado conocido como para que se las pongan. Un abrazo, Conchy.
EliminarMe he emocionado con la noticia. La madre seguro tendrá una medalla allá donde su alma esté pero una gran medalla para ése doctor que será mucho más valiosa que su León de oro si consigue adoptar, cuidar, educar... Su amor por ella queda fuera de toda duda. Saludos.
ResponderEliminarAsí es Mara, esa madre es sólo un ejemplo heroico de las de millones de madres que luchan cada día por sus hijos.
EliminarUna conmovedora historia. Un gran ejemplo.
ResponderEliminarUn abrazo
Necesitamos muchos más ejemplos de generosidad. Un beso, Amalia.
Eliminarlas madres somos heroínas sin capa y sin publicidad al merito,Dios bendiga a esa pequeñita , seguramente no sera en vano .
ResponderEliminarEsa niña y el resto de los que lucha por tener una vida más digna merecen todo nuestro apoyo. Un abrazo fuerte, Maricruz.
EliminarUna madre hace todo por sus hijos un claro ejemplo DE AMOR
ResponderEliminarSirva esta entrada como un homenaje a mi madre y a todas las madres del mundo. Saludos, Angelique.
EliminarSeguramente lo que nos imaginemos será poco para lo que habrá pasado esa madre.
ResponderEliminarCambiará algún día el mundo?.
El mundo no sé, nosotros sí podemos cambiar. Saludos, Mario.
EliminarQue felicidad saber que existe todavía gente de buen corazón y que triste muerte de la madre, muy triste.
ResponderEliminarOjalá ella esté en paz y desde el cielo pueda ver la luz que ese doctor y mucha gente que quieran a su hija le dan.
BESOS HASTA EL CIELO PARA ELLA.
Cariños para ti.
mar
Por desgracia, Mar, el Mediterráneo se ha convertido en una gran tumba y nunca sabremos cuántos muertos acoge en su funesto vientre. Un abrazo.
EliminarUna gran mujer. Un ejemplo de vida, valor y sobretodo un ejemplo de verdadero amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y así día tras día, muerte a muerte, silencio a silencio. Un abrazo, Taty.
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