Sueño con escribir algo bueno, algo que sorprenda, algo que enganche, algo que valga la pena. Sueño con escribir un gran libro; un libro de mil quinientas páginas, de tapa dura, que se traduzca a treinta idiomas, y que me encumbre a lo más alto de la literatura universal.
Sueño. Sueño cuando duermo y cuando me desvelo. Duermo, o lo intento, en cientos y cientos de hoteles celda. Cruzo fronteras, miradas, sombras y penumbras, lagos y ríos, mares y océanos, posibles e imposibles. Atravieso nubes y atravieso sueños prohibidos de algún agente de aduanas con bigote.
Sueño. Sueño que regreso a la mítica Samarcanda. Sueño que paseo nuevamente por la Avenida de los Francotiradores de Sarajevo. Sueño con el Callejón del Beso de Guanajuato.
Sueño. Sueño más despierto que dormido. Con los canales de Ámsterdam cubiertos de nieve. Con la Cuesta de San Andrés de Kiev. Con las palmeras del oasis de Tozeur. Con las ruinas de la Acrópolis de Atenas. Sueño con las ramas verdes de tantos y tantos árboles que, a lo largo de mi vida, he plantado. Sueño con la gente que me acompaña en el camino y con la que se ha ladeado.
Sueño con Lu, que desde Usuhaia, ciudad que me lleva esperando media vida, reclama mis relatos como si estos le sirvieran de algo.
Sueño con Alberto Profe, que dice en un comentario que este blog es bueno, cuando en realidad el bueno es él por reparar en un rinconcito tan insignificante del mundo de las letras como es este blog.
Sueño con todos los que sueñan porque de ellos será el Reino de la Farmacopea.
Sueño mucho porque en realidad duermo bien poco. Me quita el sueño, casi a punto de llegar a los mil relatos, no saber lo que contarles. Me quita el sueño no poder cambiar el rumbo de este mundo plagado de pesadillas. Me quitan el sueño los refugiados, los que no encuentran refugio, los desheredados de este mundo de mierda en el que cada día cuesta más caro soñar.
Como decía el incomparable humorista Miguel Gila:
Lo que daría por llegarle a Gila a la suela de los zapatos. A él lo fusilaron mal y sobrevivió. Sin embargo, ahora a nosotros nos fusilan cada día sin balas y nos aciertan de pleno.
Al menos nos quedan los sueños.
Y que no falten nunca los sueños.
ResponderEliminarBesos.
A mí también me gusta mucho cómo escribes y no hace falta que me lo agradezcas. El agradecido soy yo.
ResponderEliminarGrande Gila.
Un abrazo.
❤️
ResponderEliminarYa quisiera para mí esos sueños; los míos son malos y muy jodidos.
ResponderEliminarSalud.
Sigue soñando, que según dicen soñar es necesario. Besitos.
ResponderEliminar¡Qué ilusión encontrarme en tu prosa!En la biblioteca regional tomé uno de tus libros de relatos y leí con gusto algunos. De ahí, busqué este blog para seguir disfrutando de tu talento. Estos últimos tiempos he vuelto a acercarme a la lectura a través de autores de nuestra tierra: Tristante, Manuel E. Mira, Pérez- Reverte...y ahora Fernández Belmonte.
ResponderEliminarHay que soñar bonito . Eso ayuda.
ResponderEliminarComo bonito es leerte.
Un aplauso.
Un abrazo.
Ay amigo ! Qué suerte para mi y el conjunto de "fans de JFB" que hayas publicado.
ResponderEliminar¿Qué para qué me sirve? Para reír con ganas en algunas ocasiones, para reflexionar profundo en otras, para aprender o, nada más ni nada menos, para pasar unos minutos amenos leyendo tus escritos disfrutando sencillamente del placer de una buena lectura.
¿Te parece poco amigo? Y, sin dudas, no soy la única
Sigue soñando que eso es bueno, pero no si los sueños se convierten en una tortura. Ya es tiempo que encuentres la manera de posicionarte desde otro lugar y darle un giro más esperanzado a tu soñar.
Un abrazo desde mi lejana tierra y, al respecto, deberás saber que "no todo lo que reluce es oro".
Sueños que nadie nos puede quitar.
ResponderEliminarSon muy emotivos los tuyos y espero que sigas soñándolos.
No quieras hacer relatos de mil páginas ,ni escribir para que nos guste ,porque eso te sale sin pensar,sólo sintiéndolo como lo haces y por cierto muy bonito.
Nos quieren romper los sueños y a veces lo consiguen pero gracias a Dios,volvemos a soñar todos los días.
Besucos
Gó
El ser humano debe soñar, creo que sin los sueños no seriamos lo que somos. Todo lo que somos hoy creo que fue el sueño de alguien hace años.
ResponderEliminarBesitos y feliz día ;)
Hay sueños bonitos y no tan bonitos y con los dos debemos de quedarnos. Al fin y al cabo vienen solos :)
ResponderEliminarHola Jose y digo yo , que yo digo .... ¿ y por que no escribes de lo que sueñas a lo mejor así te haces famoso y te editan el libro gordo de tapa dura ? solo es una sugerencia , te deseo un feliz Domingo besos de flor.
ResponderEliminarQue lindo soñá que es gratis
ResponderEliminares barato y quien te dice que el amor te esté esperando ahi
en ese lugar maravilloso de La Argentina
con ella que sueña quizás
Tambien contigo
un abrazo
Es verdad que soñar es caro , a veces se hace casi imposible.
ResponderEliminarBesos.
Aunque existen realidades bellas , como tu alma ,
para contemplar despiertos.
Soñando nos vamos enriqueciendo. Vamos recogiendo los frutos de la vida y de nuestro saber que mas tardes se ven reflejados en lo que escribimos...
ResponderEliminarCuando escribo me dejo llevar por el momento sin saber qué sucederá. Me olvido del pensar de antemano y poco a poco, mis palabras fluyen del silencio. Tu sabes escribir y algún día ese libro llegará.
Todavía no he podido comprar tu libro. Tengo uno electrónico y espero que en esta semana lo solucione.
Un saludo.
Eso es lo mejor.... soñar más despierto que dormido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los sueños y la esperanza es lo último que se nos puede arrebatar.
ResponderEliminarSalu2, Jbm.
Soñaron los hombres que construyeron la Acrópolis, soñaron los poetas que nos han dejado libros inmortales, soñamos los que reconocemos esa belleza y queremos multiplicarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
me toca muy de cerca! salvo que ni los sueños, están mas...la realidad es pegajosa,por las mentiras, dichas,repetidas, es hastiante! solo me queda vivir,un poco, ya me va quedando menos,con calma! lo demás...son ilusiones!
ResponderEliminarme identifico plenamente,buen texto!
lidia-la escriba
www.nuncajamashablamos.blogspot.com.ar
Y cuando la realidad nos quita el sueño, quizà sea el llamado a contarla con sus detalles. Porque la vida de un refugiado merece ser escuchada. Porque vale la pena levantar la voz por contra lo injusto.
ResponderEliminarSaludos.
¿Te parece poco? Que nadie nos robe los sueños. Abrazote.
ResponderEliminarLos sueños serán lo único que nos quede cuando nos quiten todo lo demás.
ResponderEliminarSalvo que encuentren antes la forma de comercializar con ellos, ahí si que estaremos bien arruinados.
Saludos,
J.