jueves, 4 de febrero de 2021

El muelas

Arcadio Peñalves, también conocido como "El muelas" era un tipo normal, suponiendo que esa tipología de personas existiera. Le llamaban "El muelas" porque tenía unas muelas tan grandes que parecían de burro, y en el colegio desde pequeño le llamaban así; como a otro le decían "El gafotas", y a otra "La jirafa", y a su amigo Bartolo "Cabezabuque". Pero eso fue en primaria. Sin embargo, en la secundaria todo cambió. Y cambió un día en el que, jugando al balomnano en el patio del colegio, un compañero le tiró del pantalón hacia abajo y se le vió el colgajo. Y aquello no era humano, era equino, como las muelas. La fama de "El muelas" corrió como la espuma en Fuentedetodos, y todas y todos querían verificar que, aparte de las muelas, Arcadio tenía de burro más de una característica fisiologíca, y que no eran precisamente las muelas, ni tampoco las orejas; aunque muy listo no es que fuera, la verdad. Pronto tuvo fama entre el sector femenino, pero del éxito rapidamente pasó al terror. Le tenían miedo. Ninguna mujer en su sano juicio era capaz de hacer frente a tamaña desproporcionalidad, y el Muelas entró en caída libre. De psicólogo en psicólogo, Arcadio arrastraba su masculinidad como un barco arrastra el ancla, o una campana el badajo. Hasta que llegó a oídas de una ginecóloga llamada Dolores Berlanga, a la que, pese a su nombre, no le dolía nada, pero era mucho lo que necesitaba. Y es que andaba necesitada de lo que a Arcadio "El muelas" andaba sobrado. Los órganos sexuales de Dolores eran tan grandes que, hasta la fecha, y ya tenía cerca de cuarenta años, no había sentido nada con ningún hombre, cosa que, según parece, les pasa a muchas mujeres sin tener esa extraña deformidad. Arcadio Peñalves y la doctora Dolores Berlaga, contraeran matrimonio el próximo día 14 de febrero, día de San Valentín. Los padrinos serán "El gafotas" y "La jirafa" y la boda la oficiará "El cabezabuque" que ante la escasa demanda que generaba entre las mujeres de la comarca, y no tener ninguna cita en Tinder después de llevar tres años a la espera, decidió meterse a cura. Para cada golondrina hay un balcón. ¡Que por nadie pase...!

3 comentarios:

  1. Me ha recordado a esos relatos de Cela con los que tanto he disfrutado. Felicidades.

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  2. Al final, cada cual encuentra su acomodo, es cuestión de buscar.
    Salu2.

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  3. Todo llega en la vida, dice la muerte.

    Saludos,

    J.

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