A través de un grupo de wasap que han creado unos primos, por parte de mi familia materna, he recuperado esta foto. En ella aparece mi madre de soltera en Los Alcázares, una de las playas más populares de la Región de Murcia. Tal vez esta foto fue tomada en los años sesenta. Observo su cara y la veo guapisima, sonriente, mirando hacia alguien que se estaba bañando en unas plácidas aguas protedidas por una pequeña isla. De no haber fallecido, hoy podría estar esperando mi llamada, o una visita con su nieta Ana, o de mi hija Yolanda para presentarle a la que sería su bisnieta Julia. Tendría 82 años y podría cocinar, jugar al bingo, al parchis, o ir al baile en el centro de la tercera edad de La Flota. Pero no pudo ser. Su vida se vio acortada por los problemas y por el maldito cáncer. Y nos quedamos sin ella. Se marchó físicamente pero sigue en mí, sigue aquí, a mí lado, acompañándome en mis viajes y en mis dudas, en mis penas y en mis alegrías. Una madre nunca se marcha del todo, solo se ausenta.
¡Qué bella tu mamá! Y hermoso lo que has escrito sobre ella.
ResponderEliminarEllas siempre estarán con nosotros😍
ResponderEliminarNo te ciega la pasión de hijo. Era muy guapa tu madre.
ResponderEliminarLa mía hubiera cumplido 100 el pasado día 16. Murió de 98 años. En ese sentido, fui más afortunado que tú.
Creo que el amor de una madre es el sentimiento más profundo y desinteresado que existe.
Un abrazo.
Eso es lo importante: sigue en usted. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarUna madre nunca se marcha.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Guapísima tu madre. Un beso.
ResponderEliminarQué guapa tu madre. Mi madre también era muy guapa. Y como tú la llevo en mí todos los días desde que falleció a causa de un maldito cáncer.
ResponderEliminarUn abrazo.