jueves, 9 de octubre de 2025

Los peligros del tábaco

No, no piensen que les voy a dar la tabarra para que dejen de fumar. Fumen, fumen con total libertad. Fumen sin sentirse culpables. Fumen todo lo que quieran, pero, eso sí, con cuidado, no les vaya a pasar a ustedes lo mismo que le pasó a mi amigo Anselmo. Siempre digo que este suceso, estadísticamente digno de estudio, es la prueba fehaciente de la validez de la famosa Ley de Murphy: "sí algo puede suceder, acabará sucediendo, sobre todo si ese algo es a peor". Bueno, no es exactamente así, pero más o menos... La cuestión es que mi amigo, que lo he bautizado como Anselmo, pero que bien podría llamarse de cualquier otra forma, fumaba mucho. Fumaba tanto que con la colilla del cigarro que aún tenía entre sus labios encendía el siguiente y así sucesivamente. Anselmo arrojaba más humo por su boca que la chimenea del Titanic. Por aquel entonces Anselmo ejercía de chófer de una empresa de mensajería. Le encantaba conducir con su brazo izquierdo apoyado en la ventanilla del vehículo y, como no, fumando. El día de autos conducía su auto por la autopista A-7, en el tramo que va desde Murcia hasta Alicante. Hacía un sol de justicía. Anselmo fumaba y sudaba a partes iguales. Tras agarrar el último cigarro del paquete, enérgicamente lo estrujó, y lo lanzó con todas sus fuerzas por la ventanilla. Y aquí es donde aparece nuestro amigo Murphy: en el mismísimo instante que aquel paquete volaba por los aires, un furgón de la Guardia Civil adelantaba al vehículo de mi amigo Anselmo con las ventanas bajadas, y el desechado paquete impactó de lleno contra el rostro de un agente. La multa que le pusieron fue de aupa. Tal vez algún matemático podría usar este suceso a modo de ejercicio práctico. ¿Cuántas veces tendría que arrojar, un Anselmo cualquiera, un paquete de tabaco por la ventanilla de un vehículo que circula por una autopista a 110 km/h para que impacte fortuitamente en la napia de un Guardia Civil que viaja en otro vehículo a la misma velocidad? Me van a disculpar ya que lo mío nunca fueron las matemáticas. Fumen, fumen. Pero con cuidado.

4 comentarios:

  1. Yo dejé de fumar hace unos cuantos años y ha sido lo mejor que he podido hacer a lo largo de mi vida.

    Un saludo.

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  2. Yo fue un Anselmo cualquiera, pero lo dejé hace 30 años. Me fumaba más de tres paquetes todos los días. Como dicen en el fútbol, "sí, se puede".

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  3. Pagó la multa y siguió fumando, sin dudarlo.

    Ojalá algún matemático pueda sacarnos la duda.

    Saludos,
    J.

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