Ya está. Todo un año trabajando para descansar unos pocos días, y estos se pasan sin que te des cuenta. Pero han sido fabulosos, eso no lo puedo negar. Lo valioso de las vacaciones, es que tienes tiempo para reflexionar de lo que hacemos y lo que queremos hacer, que en ocasiones no es lo mismo. Ocurre otras veces que tenemos tiempo para pensar si estamos con la persona o personas que queremos estar, ya que nos vemos obligados a convivir demasiado tiempo juntos. Si la relación o relaciones estan debilitadas suelen saltar chispas o directamente se generan incendios de pronóstico reservado.
Este año las vacaciones para mucha gente, han sido más contemplativas que otros años, no porque se hayan visitado más monumentos o exposiciones de arte contemporaneo, sino porque miles de familias han contemplado desde el balcón como se iban los vecinos y ellos se quedaban en casa viendo en televisión a Belén Esteban.
En estas vacaciones he tenido tiempo suficiente para cuestionarme muchas cosas, para disfrutar mucho sin grandes metas y sin exigirme demasiado.
Ojalá el próximo año los balcones estén más aliviados de peso y los programas de televisión en los que aparezca la señora del ya mítico "Padre de mi hija" tengan mucha menos audiencia por el bien de todos.
He querido simplificar en esta fotografía el sentimiento que ha dominado en mí este descanso estival. Creo que lo resume a la perfección. Siempre se ha dicho que una imagen vale más de mil palabras.
Para terminar diré que el libro de mis vacaciones ha sido EL GUSANO DEL MEZCAL, de Miguel Sandín. Me gustó.
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