Un informe de la FAO, una organización dependiente de Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura, dice que nos tenemos que ir haciendo a la idea de que en veinte años tendremos que comer bichos si queremos llegar a que nos coman los ídem.
Ahora me doy cuenta de donde viene mi profunda admiración por los camaleones. Siempre pensé que tenía que ver con su capacidad de mirar a dos sitios distintos al mismo tiempo. Por eso, yo soñaba con tener visión binocular y, de ese modo, poder mirar dos escotes distintos a la vez, o, lo que es lo mismo, cuatro tetas de golpe. Pero ahora resulta que esa empatía con el arbóreo reptil me venía por el lado gastronómico. Deseaba tener su lengua. No en un sentido sexual -la zoofilia no va conmigo- la deseaba en un sentido práctico para cazar moscones verdosos y peludos que, según los expertos en nutrición, tienen tantas proteínas como un solomillo al roquefort.
La cosa tiene su miga, su pata y su antena. Yo he probado los chapulines, los gusanos del maguey y los escamoles, que, para los que no conocen demasiado la gastronomía popular mexicana, diré que son saltamontes, gusanos y larvas de hormiga respectivamente. Y sigo vivo.
Perdonen que me tome esto un poco a guasa. Pero en resumidas cuentas, voy a proyectarme, con el permiso de todos ustedes, dentro de treinta años.
Primero: Si sigo vivo tendré setenta y cinco años por lo que ya no sé si me seguirá haciendo falta la visión binocular -lo mismo ya ni me gustan las tetas-.
Segundo: La temperatura global de la tierra habrá subido entre dos y tres grados centígrados. Por lo tanto el nivel del agua en el mundo habrá subido entre tres y cinco centímetros y los niños comenzarán a nacer palmípedos.
Tercero: El sistema nacional de pensiones habrá quebrado y yo no tendré pensión. Por lo tanto, creo que a eso es a lo que hace referencia el informe de la tal señora Eva Muller de la ONU y yo en mi cuarto y último punto:
Cuarto: Al no tener pensión tendré que apañármelas para comer cucarachas en escabeche y arañas en salsa de cochinilla.
El futuro es una mierda más grande que el sombrero de un picador. De comer mierdahamburguesas vamos a pasar a comer burguerchinches. Joder... ¿En esta puta vida, no habrá nada que pueda ir a mejor?
Jjajajajajaja, muy bueno.
ResponderEliminarLa cosa va a peor. Tan sólo quince días después anuncian que también tendremos que comer medusas... ¿Ustedes gustan?
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