Es caprichoso el azar -dice Joan Manuel Serrat en una de sus mágicas y míticas canciones. Tan caprichoso como decisivo. El azar es aquello en lo que menos pensamos pero que, en ocasiones, tanto nos marca la vida. El azar se caracteriza por su brillante transparencia. Es insípido como el agua, aunque, dependiendo del caso, su efecto sea más dulce que la miel o más amargo que los limones de mi tierra.
El azar, siempre tan juguetón, habitualmente se presenta sin avisar. Es caprichoso, malévolo, salvador, justiciero, y puede venir disfrazado de lo que le de la real gana.
En cierta ocasión, mi padre me contó que una noche, mientras conducía, debió pegar una cabezada que hizo que su vehículo se saliera de la calzada. La cuestión es que su coche quedó medio suspendido de un barranco. De ese peligroso microsueño, dice que recuerda perfectamente como el Apóstol Santiago se le apareció en su caballo blanco y lo despertó justo en el preciso momento en el que pegó un frenazo y un volantazo, motivo por el cual no emuló al vuelo de Ícaro dentro de su Citroën CX Palas color café, del que se sentía tan orgulloso por haber pagado al contado, y por eso se salvó.
Dice un proverbio chino -lo bueno de los chinos, aparte de que son muchos, es que siempre tienen un proverbio para todo- que el momento elegido por el azar siempre vale más que el que elegimos por nosotros mismos.
Dice un proverbio chino -lo bueno de los chinos, aparte de que son muchos, es que siempre tienen un proverbio para todo- que el momento elegido por el azar siempre vale más que el que elegimos por nosotros mismos.
El azar nos trae a este mundo o nos deja inertes dentro de un condón. El azar nos regala el gordo de la lotería o nos tira por la escalera para que nos rompamos las costillas. El azar hace que nuestro currículum sea el elegido o que acabe, convertido en confeti, en la bolsa de una trituradora de papel. El azar provoca flechazos de amor eterno o flechazos en el costado que nos dejan malheridos. El azar es un enigma tan hermoso y misterioso como el origen de la propia vida.
El azar me obliga a escribir sin saber para qué. El azar todo lo puede. El azar no es lo mismo que un Zar, ni que el azahar, ni mucho menos que un azor. El Azor era el yate del Generalísimo Franco, y una cerveza tipo pilsen que se fabricaba en los tiempos en los que a mi padre, por azuzar el azar, le dio por irse a la cama con mi madre para que yo, a día de hoy, les pueda estar escribiendo todas estas tonterías. Tonterías que ustedes leen, probablemente, por puro azar.
https://www.bubok.es/libro/amp/254388/HACIENDO-COLA-PARA-SONAR
https://www.bubok.es/libro/amp/254388/HACIENDO-COLA-PARA-SONAR
Delicioso leerte con este encanto y chispa que tienes. El azar es algo parecido a un Gerente de Operaciones del destino.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Siempre lo pienso pero he olvidado decírtelo. Me encantan tus dibujos!
ResponderEliminarYo no te leo por puro azar. Puse un aviso para enterarme cuándo publicabas, porque me gusta lo que escribes y cómo lo escribes. Ahí queda eso.
ResponderEliminarSaludos.
¿Es bueno que los chinos sean muchos?
ResponderEliminarLa verdad es que siempre que escucho algún proverbio, sea chino, árabe, español, marciano, borgeano, o de donde sea, siempre me suena a que quien lo acaba de decir se lo inventó...
Saludos,
J.
Supongo que el azar es como un juego en el que tenemos que estar todos, porque si no compramos boleto no es posible ganarnos el gordo, ni siquiera el flaco. No sè si la vida es azar, el caso es que allì si, estamos todos los que somos y somos todos los que estamos.
ResponderEliminarSaludos, feliz domingo.
Cuando vi el dibujo pense por un segundo que era la limusina de Aznar :)))
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita, gracias a eso ahora conozco tu Blog y me quedo para seguir leyéndote!! Soy tu seguidora 76 :)
Escribes muy bonito!!
debo agradecerte inmensamente, por comentar, termino de leer y es muy bueno,muy bueno! gracias
ResponderEliminarlidia-la escriba
www.nuncajamashablamos.blogspot.com.ar/entre por mozilla google no me dejaba!
Lance al aire una moneda
ResponderEliminarpor saber la verdad.
Cara sí, cruz no...
Esperaba mi destino
con ojos al cielo;
al azar volaba un euro.
Antes de verla bajar,
la atrapaste con tu mano y
me dijiste que SI.
Me quedé con el alma al desnudo...
Me recordaste este poema para el amor de mi vida
EliminarHola JFB
ResponderEliminarJajaj! Como ya nos tienes acostumbrados, en tu texto hay párrafos muy divertidos. Y no faltos de verdad.
Respecto a que me he convertido en fiel lectora de este blog, no fue azaroso.
En todo caso, el azar habrá querido que vos pasaras por el mío, luego devolví tu gentileza y ...¡aquí me quedé por puro placer de leer tus textos nomás!
Un abrazo
Lo has clavado con ese juego de palabras y tan certero. Y los hay que hasta se han arruinado con los juegos del azar.
ResponderEliminarSalud.
Que bonito, me ha gustado el azar, también el azahar que huele muy bien. Besitos.
ResponderEliminarPues me alegra que el azar te haya puesto entre nosotros con un letras.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas sorpresas nos depara el azar.
ResponderEliminarY el placer de leerte.
Un abrazo.
Haz honor a tus padres que por amor, más que azar te trajeron a este mundo complicado,pero azaroso
ResponderEliminarSaludos
Gó
Hola José, vengo del blog de Ester: AUTODIDÁCTA, ya iré mirando tu blog, lo que voy viendo me gusta, así que me quedo y soy la nueva seguidora.
ResponderEliminarSaludos desde Sevilla
Gracias al azar llegó a leerte y me gusta lo que leo.
ResponderEliminarSaludos!
Qué bien que hayas escrito sobre el azar, porque nosotros los pueblos amerindios, al mixturarnos con los conquistadores españoles, en la probeta étnica, logramos ese milagro del realismo mágico de García Márquez, que como lo decía Gabo en una de sus confesiones, era producto de los agüeros y supersticiones enttre los cuales lo criaron sus tías y abuelas en Aracataca, de donde salió el Macondo de Cien Años de Soledad. Un abrazo. carlos
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