miércoles, 21 de abril de 2021

Los efectos dañinos del sol

Cuando me da por pensar acabo por deprimirme. Tire por donde tire me pilla el toro. Que si los políticos. Que si la pandemia. Que si el calentamiento global. Que si la economía. Que si la crispación. Que si el perro de mi vecino se ha cagado en la puerta. Que si se me ha quemado la calva por no haberme puesto la gorra. Que si Miguel Bosé. Que si me ha llegado otra multa del rádar. Estoy considerando, como muy probable, que la quemadura de mi calva se haya llevado por delante a alguna de mis escasas neuronas y, de aquí en adelante, la cosa vaya a peor. Dentro de lo malo la revisión de la próstata me ha ido medio bien. Lo de que me iban a menter el dedo por semenjante sitio fue una falsa alarma. El hígado me sigue aguantando. La rodilla funciona pero de aquella manera. Mi tía Carmen ha fumigado con matamoscas a mis gusanos de seda y se los ha cargao. Pobres gusanos. A ver qué le digo yo ahora a mi hija... No sé qué pensar. O sí dejar de pensar. En realidad vivo de pensar, si paralizo mis pensamientos, o si los limito, tal vez aminore mi ansiedad. Estoy invirtiendo demasiado tiempo en pensar sobre todo esto, y, la verdad, por muchas vueltas que le doy no sé que hacer con tales pensamientos. Ahora que lo pienso: ¿qué pensaran ustedes de todo esto? ¿A qué es del sol?

7 comentarios:

  1. Mejor dejar de pensar.

    Un abrazo.

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  2. Pensar sirve de poco a veces, es verdad que nos deprimimos.

    Besos.

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  3. Al final va a ser que el sol está sobrevalorado, ya verás.

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  4. JFb:
    qué va, al revés, el sol te activa.
    Salu2.

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  5. Yo también pienso mucho y dicen que no es bueno tanto pensar. Un beso.

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  6. Pero también puede ser la Luna, ¿no lo has pensado todavía?

    Saludos,

    J.

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