jueves, 3 de noviembre de 2022

De la métrica a la plástica

Mi otro lenguaje es el collage. Lo uso como terapia de relajación y cuando se me aturullan los escritos. Por lo visto no soy el único que los utiliza con estos fines. Crear como calmante, como ansiolítico, como meditación, como evasión, como devoción. Lo llevo haciendo desde casi tres décadas. Mis últimos treinta años han sido un no parar. 50 países, millones de kilómetros, miles de visitas y reuniones allende los mares. Por suerte, he vendido mucho champú. Al principio de lanzarme a la conquista de las alturas, hacía collages en pleno vuelo. El atentado de las Torres Gemelas puso fin a mis collages de altura, ya que, desde ese momento, prohibieron la entrada de tijeras a la cabina del avión. Eso me empujó a escribir sobre las nubes, de hecho, y lo digo muy en serio, soy otro cuando escribo en la estratosfera. Como últimamente, despues de la dichosa pandemia, vuelo menos, las palabras me son esquivas y recurro al collage como tabla de salvación. Ahora quiero darles relieve; sacarlos del aburrimiento de la planicie para que conquisten cierto volumen. Mi vida se va configurando de la métrica a la plástica y viceversa.

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