jueves, 13 de abril de 2023

Hago de maestro

La vida me ha obligado a ejercer de maestro. Lo mío es puro descaro. No tengo ni idea de cómo me atrevo a ejercer de algo tan serio de manera tan frívola. Cuando me toca dar formaciones, advierto a los alumnos de mi carencia de estudios. Dicen que quien avisa no es traidor. Como no soy mucho de engañar, más allá de las mentiras piadosas que podríamos considerar pecadillos de poca monta, confieso mi ignorancia y mi ausencia de formación académica. Lo que pregono y comparto no va más allá de mi experiencia vital y laboral. Huyo de grandes teorías, y de fórmulas magistrales, y me limito a la práctica. Me erijo como abanderado de la lectura y de la reflexión. Doy gran importancia a la motivación y a los buenos hábitos. Fomento los desbloqueos mediante el diseño de nuevos escenarios sobre los que poder actuar. Y, ante todo, intento relativizar los problemas, diseccionarlos, priorizarlos, y tras ese ejercicio de análisis y de reflexión, buscar, entre las partes, las mejores soluciones y diseñar un plan de ejecución para solucionarlos. Hago de maestro de falsete para dar lo que tengo y lo que sé. Entregándome a los demás me siento a gusto y le encuentro sentido a todo.

2 comentarios:

  1. La universidad de la vida puede ser más importante que las aulas para enseñar determinadas materias.

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  2. Siendo docente puedo decir que la mayor parte del tiempo no sé qué estoy haciendo, no porqué lo estoy haciendo. Debe de ser lo normal en esta profesión.

    Saludos,
    J.

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