lunes, 28 de julio de 2025
Aparentar
Cada vez hay más gente aficionada a aparentar. Estos días la polémica política española viene dada porque hay muchos políticos que se atribuyen carreras y estudios que no han terminado o estudiado nunca. Cuando salgo al mundo con mi traje de formador lo primero que digo es que soy camarero, y que me titulé, con un aprobado raspao, en la barra del Bar Josepe. Soy, por tanto, un gran ignorante que lleva más de medio siglo luchando para dejar de serlo. Cuando imparto formaciones por Latinoamérica mucha gente se dirige a mí diciéndome "licenciado" y yo no soy el Agente 007, ni tengo licencia para matar. Mi única licencia es la de conducir y tengo que mirar que no esté caducada, no vaya a ser el demonio que me paren los de tráfico y me den el verano. Cuando jugaba al fútbol me decían futbolista. Cuando plantaba árboles, a troche y moche, me decían ecologísta. Cuando hacia esculturas me llamaban escultor. Cuando dibujo o hago collages me dicen artista. Cuando publico un libro me llaman escritor... Durante los últimos treinta años soy vendedor de champú, director comercial, esposo, padre, tío, vecino, ciudadano, elector, peatón, sospechoso, y ya casi abuelo...¡Cuántas etiquetas, copón! Con lo a gustito que estaba yo cuando mi abuela Mercedes me llamaba a gritos por la ventana para arrojarme el bocadillo al patio de los Maristas: ¡Pepico! Es lo que tenía vivir en un edificio que estaba pared con pared con el colegio. Tal vez, en realidad, debajo de todas esas capas sobrevenidas, sigo siendo el "Pepico", también conocido y etiquetado como "El hijo de Josepe". -¡Marchando un café con leche!.
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Yo me licencié, pero no he ejercido nunca; por eso me viene grande lo de licenciado. Cuando me he jubilado he publicado un par de libros y, a veces, me llaman escritor, cuando mi aspiración sería no perder dinero con los libros. A lo sumo eres aquel oficio con el que te ganas la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.