Quiero desmentir rotundamente mi pertenencia al misterioso y todopoderoso Club Bilderberg. Eso sí, he de reconocer que varios integrantes me lo han solicitado encarecidamente, pero aún así, les he dicho que no, que yo soy un hombre muy ocupado como para esas cosas.
No quiero decir con esto que esa gente no merezca la pena -Dios me libre de pensar de eso- tan solo me confunde tanto misterio entre gente tan influyente, rica y poderosa.
Dicen los fantasiosos que allí se cuece todo, que se conspira, que se quita, que se pone, que se maquilla, que se sentencia, vamos que del Club Bilderberg a la Gloria.
Estos días que se habla mucho sobre lo que dictan los mercados, y la palabra mercado se ha convertido en algo así como el ojo que todo lo ve, como el sumo sacerdote de esta puta orgía llamada crisis, he llegado a la conclusión de que los mercados y el Club Bilderberg...¿No serán la misma cosa?
Vete tú a saber...
Perdonarme mis queridos y escasos lectores, debe ser el calor, que me esta afectando ya a la única neurona que me queda en ristre.
Por cierto de manera confidencial, me han pasado una foto de la última reunión del Club...¿A que son tos mu bonicos?
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