Un terrorista de extrema derecha de 22 años, uno de tantos iluminados en contra del progreso de la ciencia, la libertad de las mujeres, los derechos humanos, los inmigrantes y el surmum corda, ha decidido actuar como juez y verdugo y limpiar Arizona de indeseables.
Este hijo de perra, cuyos huesos se pudran en la cárcel, no es fruto de la casualidad, es el resultado de una presión mediática consentida y promovida por una gran parte de la sociedad norteamericana que, como en muchos otros aspectos, se cree el ombligo del mundo, y así le va.
Queda muy lejos, si alguna vez fue así, la sociedad estadounidense que promovía la igualdad, abolía la esclavitud y conquistaba libertades sociales. De todo aquello tan sólo queda hoy un detritus pestilente e inhumano.
La extrema derecha y sus lobbies, entre los que se encuentran la Asociación Nacional del Rifle y el Tea Party, abogan por una sociedad militarizada y pendenciera, armada hasta los dientes, frente a un sinfín de enemigos que les rodean.
Mis modestas preguntas serían: ¿Por qué una sociedad se cree rodeada de enemigos?
¿No será un negocio crear continuamente enemigos?
Ojalá que entre todos sepamos parar esta avalancha generalizada de intransigencia. Si nos quedamos de brazos cruzados, el mundo irá a peor.
Bueno Josè en mi humilde opinion, debemos primero dejar de ser enemigos de nosotros mismos y creer que el mundo antenta todo el tiempo contra nosotros y por ello debemos y nos vemos obligados a responder de la misma manera o una mas elaborada y mas efectiva.
ResponderEliminarLo unico cierto es que aveces queda mas facil destruir en el otro lo que en nosotros abunda y se nos dificulta reconocer ¡ limpiemos nuestro corazon de intolerancia y limpiaremos el mundo de este tipo de animales!
Jose, estoy de acuerdo contigo en todo, solo me queda puntualizar que todos los extremismos son iguales de perjudiciales para la mente ya sea por la derecha o por la izquierda.
ResponderEliminarEstos americanos que pretender vender armas a un crío son tan imbéciles como los cubanos que en posesión de su verdad prohíben la libre expresión de su pueblo.