En México, un señor le pregunta a su esposa: "¿Mi amor qué preparaste para cenar?" a lo que ella responde tan elegante: "¡Mi vida en la mesa te dejé el Pato al Orange, espero que te guste, mi amor!"
Esto es un chiste viejo de México. Llevo muchos años escuchándolo, pero no por ello me deja de hacer gracia, y, por supuesto, tampoco evita que, en cada viaje, yo compre en cualquier tiendita un gansito con una Fanta de naranja o una Mirinda, que allí aún se comercializa.
En España, usamos el refrán "dar gato por liebre" que de tanto usarlo, se ha institucionalizado, de tal forma que podría suceder que nada es lo que aparenta ser.
Uno llega a un banco y puede ser que estén más caninos que uno mismo. Uno compra una vivienda y luego descubres que las paredes son de cartón y el resto para qué hablar. Uno va al doctor y este sacó el título por correspondencia. La vida se ha tornado como una gran farsa, como un escenario ficticio, donde, en lugar de realidad, interpretamos personajes de mejor o peor gusto.
Si entraron aquí buscando una receta fácil para sorprender a la vecina que invitaron a cenar y que esta muy buena, no se preocupen que nos les pienso defraudar. Anoten:
1º Loncheamos al gusto el magret de pato. Lo ponemos en una sartén con un poquito de aceite de oliva, un poquito de sal, una pizca de pimienta negra mólida y un toque de hierbas provenzales.
2º Cuando esta marcadito por el fuego, sin que se nos pase, le escurrimos una naranja hermosa con la mano.
3º Esperamos a que se consuma un poquito el jugo de la naranja y retiramos.
Como se puede apreciar, esto lo puede cocinar hasta el más torpe. Como guarnición podríamos poner algunos espárragos o unas setas a la plancha.
Recordar que, para que la vecina afloje, será muy importante acompañar la comida con un buen vino tinto, mucho mejor si es un Cabernet Souvignon con Merlot, de Las Reñas (Denominación de Origen Bullas, Murcia).
La cena será auténtica, ahora faltaría descubrir la autenticidad de la vecina. Pero eso ya depende del nivel de exigencia que tenga cada uno.
¡Buen provecho! Y mucha suerte con la vecinita...
Es sorprendete cuantos patos al orange hay en el mundo o cuantos pollos disfrazados de faisanes pero la verdad eso da un cierto toque de picardia y mucha creatividad, definitivamente los latinoamericanos como decimos en colombia no nos varamos por nada si hay que disfrazar al loro de la caza de alcon lo hacemos sin mayor problema.
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