Por ese tiempo, vi en la prensa local que a uno de mis antiguos entrenadores
de fútbol le acababan de rendir un pequeño homenaje por su trayectoria
deportiva. Eso me hizo recordar a todos y cada uno de los entrenadores que tuve
durante mis doce años de infructuosa carrera deportiva, y digo infructuosa en
la parte material ya que en la parte intangible podría reconocer que, en todo
ese tiempo invertido, gané una fortuna.
Recordando a otros entrenadores, recordé a uno que siempre traía unos
termos con un “té” que nos servía, durante los descansos, en unos vasitos antes
de salir al campo. Nadie supo nunca que nos daba a beber aquel tipo, pero la
cuestión es que nuestras segundas partes eran siempre muy buenas; vamos que
corríamos como las balas.
Tuve otro que era un fanático del Ajax de la época de Johan Cruyff,
con su "pressing total". Nosotros acabamos haciendo pressing como la naranja
mecánica en plan “murcianico style”. No nos fue mal aquel año.
Otro era un policía nacional más bueno que el pan. Yo creo que sí alguna
vez agarró a algún delincuente -que lo dudo- lo dejó escapar por pura pena. Este siempre nos
sorprendía enseñándonos acrobacias y formas distintas para tirar un penalti, o
lanzar una falta. Nos hacía soñar y nos mimaba como a sus hijos. Era el padre
maravilloso, que muchos de nosotros, no teníamos.
Pero Tiberí es un tipo muy peculiar. Subir a su coche era entrar al mundo
de Torrente. Música del Fari, escudo del Barsa (Torrente es del Atletí) fotos
de toda su familia pegadas por el salpicadero, alguna estampita de un santo de
turno, varios medallones de oro colgados de su cuello y algo que nos atontaba: ¡Mil ambientadores de pino! Eso sí, el
coche estaba siempre impoluto.
Su barriga es (supongo que no habrá adelgazado) como la de Torrente y sus planteamientos digamos que un tanto rudimentarios. Pero una cosa tenía clara: su forma de entrenar y su forma de
afrontar los partidos.
Con él gané el único campeonato de mi ruinosa carrera
futbolística. Con él quedé, por única vez, máximo goleador de un campeonato. Tan
sólo tenía tres jugadas, ¡No nos permitía hacer otra cosa!. En los
entrenamientos, después de calentar, era todo una rutina. A veces nos aburríamos y
cuchicheábamos entre nosotros que aquello nos parecía mal. Pero luego en los
partidos, funcionaba. ¡Vaya que sí funcionaba!
Él gritaba desde el Banquillo: ¡La uno! ¡La uno! Y nosotros hacíamos la
uno. O gritaba: ¡La dos! ¡La dos! Siempre igual. Pero nosotros ganábamos que era lo
importante. Y poco a poco nos fue gustando aquel sistema. Nos sentíamos cada vez
más fuertes y, lo que es más importante aún, más seguros de nosotros mismos.
Triunfamos con Tiberi en el banquillo vociferando continuamente: ¡La uno, la
dos o la tres!
Todo esto me hizo recapacitar en nuestra propia estrategia.
En nuestras propias necesidades de cara a afrontar el año 2013 con
posibilidades de ganar nuestra difícil liga. Me ayudó a analizar más en profundidad nuestra
auténtica potencialidad y buscar nuestras estrategias ganadoras que nos lleven, desde la humildad y desde nuestra auténtica realidad, a lograr nuestros objetivos.
Vaya desde aquí mi pequeño homenaje a Tiberi un auténtico
maestro en el dominio de las cosas sencillas. Un gran maestro de la concreción.
Gracias Tiberi.
Gracias Tiberi.
Todas nuestras estrategias son una realidad, la empresa te marca, te abre un camino, en algunas ocasiones no es facil, pero Queriendo, como siempre o casi siempre pongo en mis comentarios, se puede avanzar en ese camino, ke una vez abierto, mejor o peor se va recorriendo, y despues solo se trata de marcar un buen rumbo, claro todo esto como digo, no es facil, pero HACE MAS EL KE QUIERE, KE EL KE PUEDE. Todo siempre no sale bien, pero es igual hay ke reponerse y seguir ese buen rumbo ke te has marcado. La VIDA misma es igual. Saludos desde CT.
ResponderEliminarQue bueno es de vez en cuando recordar tiempos felices, aunque te sumerges en una nostálgia que te dura todo el dia y te hace estar sentimental.
ResponderEliminarPor lo poco que conozco de ti, seguro que tambien eres un "TIBERI" del cual tus compañeros de trabajo se acordarán siempre.
Sigue escribiendo, te sigo.
un saludo.
PD: Hoy recibiré tu libro.
Muchas gracias Marina, por seguirme, animarme y encima comprar mi libro. Espero no decepcionarte. Es sencillo como yo. Ojalá y te guste.
ResponderEliminarUn abrazo
Pepe
A veces buscamos lo imposible, lo nunca visto, la diferencia entre los demás, sin darnos cuenta que fue la sencillez la que creo nuestra base y la que nos llevo a donde estamos. Porque inventar nuevas estrategias si al final todo se resume al sota, caballo y rey? Seguramente ese entrenador se sentía cómodo y creía en ese proyecto mientras otros pruebas tras pruebas veían como pasaba la liga sin resultados regulares. Dejemos las pruebas a los que van sobrados y seamos fieles a lo que verdaderamente nos funciona explotandolo al máximo, saludos comentaristas.
ResponderEliminarGracias a ti por buscar un hueco en tu vida laboral para contarnos estas cosas.
ResponderEliminarY asi es tu libro, ameno, sencillo y con historias como estas que nos cuentas cada dia. Lo disfrutaré en mis ratos libres (que ahora son muxos).
PD. Ya he conocido a "Bobita" jejeje
A veces las personas nos complicamos la vida, keriendo hacer dificil lo mas facil del mundo, empezamos a suponer, a pensar, etc, y venga lo facil a hacerlo dificil como decia antes. Las pautas estan dadas y ya esta, hay ke seguirlas y punto, vamos seguir el camino sin complicarse la vida, por supuesto con un rumbo bien definido..... Saludos.
ResponderEliminarLa mayoría de las veces , las cosas las hacemos todo lo complicadas que queremos , o todo lo sencillo que queremos
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