viernes, 1 de noviembre de 2013

Españoles...Carni ha muerto


Víctima de mi ausencia azteca, Carni no ha resistido la nostalgia de nuestra separación y ha sucumbido ante los efectos de una grave crisis hídrica. Es decir, la pobre se ha quedado más seca que el ojo de un tuerto. Durante estos días, nadie le ha dado mimos ni una gelepa de agua y R.I.P. Tiesa. Mortimer. Caput.
Atrás quedan nuestras magníficas conversaciones que ya, desde este fatídico momento, forman parte de la literatura universal. 
Nunca hubiera imaginado que una planta carnívora, comprada en unos grandes almacenes suecos, diera para tanto. Inteligente, incisiva y perspicaz, Carni, era capaz de debatir sobre temas tan dispares como la política, la economía, el egocentrismo, el paquete de Cristiano Ronaldo o del sursum corda. Qué días aquellos. Qué verano tan bueno que me hizo pasar. Qué conversaciones tan profundas bañadas en clorofila. Qué moscardones se zampaba de aperitivo. Qué gracia la suya y qué tronío.
Carni ha tenido la grandeza de morirse en el día de muertos. ¿Acaso puede existir un día mejor para morirse que el día de muertos?
Al verla finada, llorando, no he podido dejar de recordar a las momias de Guanajuato. De hecho, hasta su mismo color tenía la pobrecita. Qué muerte más mala. Secarse a un metro de una piscina. A un metro de canalizaciones con millones y millones de hectómetros cúbicos de agua. Secarse, tristemente, como se secó la economía española o el cerebro de nuestros políticos. Ni tú podías llegar a más y ni ellos a menos, amiga. 
Carni, amor mío, cuánto te voy a echar de menos. Te has secado al lado mismo de la abundancia, sin poder acceder a ella, como la pequeña empresa española que se seca al lado de los grandes bancos, que presentan cuentas maravillosas -con millonarios beneficios-, o  como el pequeño comercio que se seca sin que nadie le eche una gotica de agua. Ay Carni, hija mía. ¡Cuánta injusticia y cuánta sinrazón!
Para recordarte siempre, Carni, me he tomado la libertad de fotografiarte post mortem junto a mi limonero-abuela y a una típica calaca mexicana que nació, sin saberlo nadie, en un taller artesanal chiapaneco para dignificar tu sepelio.
Descansa en paz, Carni. Tu muerte no ha sido en vano, aunque yo, esta mañana, sea tu única y fiel plañidera. 

2 comentarios:

  1. Que pena , yo aún mantenía la esperanza de su vuelta a este blog
    Descanse en paz

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  2. Que pena que hayas sucumbido al olvido de un amor que parecía duradero pero bueno una vez mas se a comprobado que por mas fuerte que sea un sentimiento este tarde o temprano morirá ante el desdén y el olvido

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