lunes, 9 de diciembre de 2013

Folitraque, de Angel Haro


Les engañaría si les dijera que, hasta el día de ayer, la obra del artista Angel Haro me había llamado especialmente la atención. Cierto es que conozco y respeto su trayectoria y que hemos coincidido en algunas inauguraciones, ya que todo lo que huele a arte contemporáneo me interesa y a esos eventos, en Murcia, casi siempre vamos los mismos. Así que cuando, días atrás, entre las pequeñas reseñas que la prensa dedica a las exposiciones temporales, vi que había una exposición de este artista, decidí aprovechar el puente festivo para acercarme hasta la Fundación Pedro Cano, en Blanca (Murcia), y dejarme seducir, nuevamente, por su obra. 
Tengo que reconocer que el tema me interesó. Los objetos intimistas, a caballo entre juguetes y esculturas, sobre los que se han prodigado muchos otros artistas contemporáneos, siempre han sido santo de mi devoción. En este caso, el hecho de que tuvieran una fuerte inspiración en los juguetes que se inventan, con la basura y otros desechos, los niños de África y otro lugares recónditos del planeta, aumentó, si cabe, mi interés por conocer este otro lado creativo, más desenfadado y despreocupado de etiquetas y estereotipos, de este artista valenciano afincado en Murcia.
Folitraque, que así se llama la muestra, es una auténtica reflexión sobre la creatividad, la inocencia y el sentido plástico de todo lo que nos rodea. La libertad, limitada tan sólo por los materiales, convierte, a través de sus manos, a los desechos de la sociedad en objetos de culto: ya sea en forma de juguetes, en las manos de un niño de África, o como objeto de devoción, o de inversión, por parte de un coleccionista de arte en Burdeos. 
Ante nuestros ojos se muestran, con rotundidad, objetos impregnados de magia y seducción de manera innata. La manos de este niño-hombre-artista parecen tan sólo formar parte de un desconocido mecanismo de conexión cerebral, mediante el cual, los objetos desechados se revelan contra su destino y se convierten nuevamente en objetos de deseo, en una renovada versión del cuento de La Cenicienta.
Folitraque, según pude percibir, atrapa hasta a los visitantes más escépticos y alejados de los clichés contemporáneos. La magia siempre fue bien aceptada por todos los públicos.
Enhorabuena, Angel. Esta exposición podría ser, bajo mi modesta opinión, una de las más interesantes de las que se han expuesto en la Región de Murcia en todo el año 2013.

1 comentario: