Como bien explica Elvira Lindo, en su magistral artículo en el diario El País del día veinticuatro de Marzo, que lleva por título: Buenistas Sin Fronteras, yo, como unos cuantos ilusos más, soy un gilipollas, un buenista que se abraza a los árboles y que aún cree en la bondad de las personas. De hecho, yo diría más, de nos ser el buenista que soy sería un reaccionista militarizado al más puro estilo ramboide, me vestiría de camuflaje, me pintaría con mierda la cara y me tiraría al monte para hacerlo todo polvo como hicieron los bandoleros o los maquis en su tiempo.
Pero no, yo soy simplemente un buenista "abrazaárboles" y como gilipollas innato que soy, recojo la mierda que otros tiran, planto los árboles que otros queman, y pierdo mi tiempo de gilipollas perdido reciclando basura o yendo a denunciar a cazadores furtivos en lugar de estar en las terrazas de moda luciendo palmito y tomando gin-tonic cargados de semillas exóticas.
Dicen por ahí, que los "abrazaárboles", son una lacra más de la sociedad, un tumor, un virus, algo que urge extirpar antes de que puedan seguir agilipollando al resto de consumidores, porque los "abrazaárboles" se supone que están en contra del progreso y del consumo, pretenden que regresemos a las cavernas y, de paso, convertir a la sociedad en una especie de comuna de ocupas perrofláuticos, o quién sabe si en algo peor.
Los que siempre hacen las cosas bien, alegan que los buenistas son gente utópica que piensa que otro mundo es posible, un mundo en el que, según ellos, podríamos caber todos, comer todos, disfrutar todos de una sanidad y una educación pública de calidad, y no sólo unos pocos ricos de color blanco. El buenista piensa que el hombre y la mujer, con sus diferencias, deben ser iguales ante la ley y ante la sociedad. El buenista no entiende de diferencias por cuestiones de género, ni de supremacías raciales, ni de religiones, ni de pasaportes, ni de muros. Esos lunáticos dicen entender exclusivamente de personas y de respeto.
Como podrán apreciar ustedes mismos, los buenistas son gente rara a la que hay que enmendar la plana y dejarlos por los que son:¡Gilipollas!
Pues qué quieren que les diga: aquí el que les escribe es un auténtico gilipollas. Un gilipollas de libro.
Yo soy tan gilipollas que hasta abrazo árboles y todo, va a ser que eso es cosa de los PISCIS, y eso que yo tengo los 4 elementos en mi carta astral, pero los PISCIS somos de cuento
ResponderEliminarFeliz domingo, colega gilipollas
No es que seas gilipollas, es que a la naturaleza hay que abrazarla y cuidarla!
ResponderEliminarsaludos
Muchas veces en vez de árboles abrazo a la nada...¿quien abraza a la nada? Pues un gilipollas como yo...
ResponderEliminarUn abrazo de nada y gracias por tu mensaje
No he leído el artículo que citas, así que, no puedo opinar.
ResponderEliminarHay buenistas y buenistas, como en todo.
Me apunto al "buenismo" que describes.
Salu2.
Saludos de una buenista Mexicana, somos gilipollas si, de los pocos que hacemos algo por este mundo y que tal vez por eso no se ha terminado.
ResponderEliminarTodos somos buienistas y gilopollas a ratos, al menos creemos serlo y eso es lo que nos hacer ser aún más gili :)
ResponderEliminarBesos
Pues a mí me encanta que me conceptúen como buenista, es más, me enorgullezco de ello.
ResponderEliminarEl desear el bien, el tener buenos sentimientos, el compartirlos, el tratar que el resto de la gente se implique y lo entienda, es llegar a su corazón y hacerles comprender que existen otros muchos valores que nada tienen que ver con lucir palmito sentados en una terraza bebiendo o tomando lo último que se ha puesto de moda en televisión.
Me ha gustado mucho tu entrada, ha sido un placer leerte.
Cariños.
kasioles
Eres mi ídolo!
ResponderEliminarBien por los buenistas y gilipollas!! :DDD
=)))
Pues también soy buenista.
ResponderEliminarBonito texto.
Un abrazo.
Pues yo también soy buenista, gente honrada y cabal, y justamente por serlo, los espabilaos me la dan con queso y es entonces cuando mi alma de poeta se rebela y se quedan sorprendidos de lo que soy capaz de hacer.
ResponderEliminarMe gusta tu espontaneidad.
Todos somos un poco buenos y gilipollas, creo yo. Pero cuando a uno ya le tocan demasiado las castañas, ya se harta de ser bueno, tonto y gilipollas.
ResponderEliminarAbrazo
Pues muchas felicidades por tu "gilipollez".
ResponderEliminarSaludos.
Estamos en el mismo club José, no hay que sentir pena de nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo de árbol.
¿Y por qué leías un artículo de El País?
ResponderEliminar¿No sabes que eso hace mal a la salud?
Saludos,
J.