viernes, 22 de enero de 2021

Aullidos

Hubo un tiempo en el que las noches tan solo eran interrumpidas por los aullidos de los lobos. El silencio imperante se rompía en mil pedazos y un temor frío e inquietante nos atenazaba. El lobo siempre ha sido el malo de los cuentos. Yo vivo muy cerca de donde vivía el mítico Rey Lobo. En ocasiones, caminando, me acerco a los restos de su palacio de verano a intentar escuchar los ecos de sus grandes bacanales, de sus orgías, de sus músicas, de sus bailarinas, y de toda la leyenda que le acompaña. Un lobo, seamos reyes o plebeyos, habita dentro de nosotros. De nuestro imaginario y de nuestro comportamiento. Todos, en un momento dado, somos capaces de sacar los dientes y de aullar. Vivimos tiempos de aullidos y de lobos. La ley del más fuerte vuelve, si es que acaso alguna vez dejó de serlo, a ser un valor relevante en la sociedad. Morder más fuerte, aullar más fuerte, inundar de miedo nuestras noches silentes. En peligro de extinción, los cánidos salvajes han dado el relevo en nuestro imaginario popular a personas depredadoras a las que muchos tememos mientras que otros admiran. El que aulla mas fuerte rompe el silencio y lo transforma en inquietud, en incertumbre y en miedo. La gente con miedo es más manejable, por eso aullan. No cesan los aullidos.

6 comentarios:

  1. Aullidos que se escuchan desde las sombras de la noche.

    Un placer leerte.

    Besos.

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  2. Muy bueno tu escrito, me encantó leerte. Muchos besos.

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  3. No me dan miedo los aullidos. Los de los lobos de verdad los escuchaba de chico en mi pueblo y los de los lobos de ahora solo le digo eso de menos lobos caperucita.
    Un saludo.

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  4. La geste asustada siempre hace caso a quienes parecen estar tranquilos y tener todas las respuestas. Y qué casualidad, son casi siempre los mismos los "guías".

    Saludos,

    J.

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  5. Como dices, la gente con miedo es más manejable. Y también la gente ignorante. Y creo que cada vez lo somos más, a pesar de que quieran hacernos creer lo contrario.
    Un abrazo.

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  6. El aullido del lobo da miedo, efectivamente; pero más miedo dan los aullidos de las masas exacerbadas y los políticos necios.
    Salu2.

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