jueves, 24 de marzo de 2022

Escribo desde un agujero de Mariúpol

Doy gracias por escribir. Doy gracias por estar vivo. Doy gracias de antemano por si alguien me lee. Todo se tambalea y yo sigo aquí, escribiendo, y soñando con un alto el fuego. Cuesta encontrar el aliento para escribir entre los escombros y el humo. Huele a quemado y a muerte. Ya no podemos ni enterrar a nuestros muertos. Salimos de nuestros agujeros únicamente cuando cesan los bombardeos para buscar algo comestible. Ayer despellejé a un perro que encontré muerto entre los escombros de un edificio. Con mi cuchillo lo hice trozos y lo cocinamos sin hacer preguntas. No les dije que era perro, tan sólo comimos en silencio. No sabemos cuál es nuestro delito, pero estamos condenados a muerte. No tengo munición. Mi arma ya es un estorbo. Tampoco comida ni agua. Enganchado a una wifi abierta, que no sé de dónde sale, sigo escribiendo. Uno de mis ojos está dañado. No me importa pensar que seré un cadaver sin un ojo porque, tal vez, cuando lo sea, no quede ningún miembro aferrado a mi cuerpo. Una niña preciosa llamada Yuliya no habla desde hace semanas. Abraza a su perro que tiembla. Ya no le quedan lágrimas. De nuevo suenan las sirenas. Apagamos la bombilla que ilumina con su luz mortecina este sótano inmundo que, muy probablemente, será nuestro panteón.

6 comentarios:

  1. Dios mío, qué terrible lo que está pasando con esa gente y que puede extenderse a todos nosotros... Dios tenga misericordia.

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  2. Me dejas sin palabras. Impresionante tu escrito.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Homenaje sentido a los civiles que pagan las consecuencia de una agresión. Me cuesta ponerme en su lugar, pero con frecuencia pienso en ello.

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  4. Una gran tristeza lo que está pasando. Paz para Ucrania. Besos.

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  5. La resistencia, a lo que sea, siempre es necesaria.

    Saludos,
    J.

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  6. Impactante, muy duro, real y triste.
    Un aldabonazo a las conciencias, a la Humanidad y a la reflexión...
    Hace tiempo que te sigo...
    A Hitler no le pararon los pies en su momento, lo que vino es historia...que se va repitiendo.
    La historia es maestra, dicen...¿Se aprende realmente?
    Excelente meditación, mi enhorabuena..
    Amistosamente.

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