jueves, 21 de abril de 2022

Mi viejo Fiat

Ayer encontré, en una vieja caja con diapositivas, una fotografía de mi Fiat Uno, de color negro, turbo inyección electrónica y matrícula de Albacete. Yo tenía veinte años cuando lo compré de segunda mano. Ya no recuerdo cuánto me costo la broma, pero sí recuerdo que firmé treinta y seis letras de cambio que compré en el estanco del Avelino. El coche volaba bajo, como un reactor, y yo quemaba combustible y ruedas como si no hubiera un mañana. Por aquel entonces no sabíamos nada de pandemias, ni de cambio climático (aunque se veía venir), ni de guerras, o más bien no lo queríamos saber. Todo era posible con mi visión de veinteañero. Fuerte, guapo (es un decir, no se lo tomen al pie de la letra), con dinero, futbolista... sentía el mundo a mis pies. Me gustaba mi oficio de camarero y, aunque no lo crean, tras haber abandonado la hostelería hace casi 27 años, aún me sigue gustando. Disfrutaba personalizando cada servicio al gusto y exigencia de cada persona. Me sentía orgulloso de ver la satisfacción que generaba en cada cliente cuando sin tener que decir nada, se sentaban en la zigzagueante barra del bar Josepe y yo les servía aquello que tanto les gustaba. En España hay 48.000.000 millones de formas de tomar café. La uniformidad es todo lo contrario de la personalización y el buen oficio de la hostelería se basaba en eso. En la actualidad sigo tratando a mis clientes de la misma forma. Me gusta servir. Después de tantos años no soy tan fuerte, ni tan guapo, solo tengo deudas, y por no jugar no juego ni al futbolin, pero me sigo sintiendo afortunado de servir a los demás.

4 comentarios:

  1. Quién no se sintió poderoso y sin estrenar por aquellos años!...aunque fuera de segunda mano el coche con el que se movía! jaja Un abrazo
    P.d
    estoy pensando cómo pediría mi café

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  2. Quien más, quien menos, todos terminamos vendiendo algo. La venta es un arte. Algunos nacéis vendedores y otros tenemos que hacernos, pero si te dedicas a él con gusto, termina sirviéndote para ganarte la vida.
    Un abrazo.

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  3. Muchos de esos Fiat siguen circulando por las calles de Argentina. Es un "fierro" como se dice aquí sobre los autos que fallan poco o nada.

    Saludos,
    J.

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