viernes, 10 de junio de 2022

El triste vuelo de la collalba

El verano se acerca acongojado. Ni el aumento de las temperaturas sirve para mitigar su pesimismo. El cereal, mecido por la brisa, presenta un color opacado, sin el rubio excelso que le caracteriza. Inclusive, en muchas zonas el campo se encuentra sin cultivar, herido por cráteres, chatarra, sangre y cenizas. Muchos graneros han sido expoliados. Cientos de pueblos arrasados. Donde el año pasado se preparaban las fiestas tras la cosecha, ahora ni hay pueblo, ni niños jugando en las calles, o en los parques, tras acabar el curso. Tampoco las abuelas preparan el kvas, ni el borsch, ni el kholodests, ni el halubtsi, ni los nalysnyky. Tan solo hay dolor y muerte. Ucrania se resiste a no ser Ucrania mientras la collalba, que antaño anidaba entre el ramaje de un viejo abedúl, ahora vuela triste sobre la desesperación y el estupor de las trincheras.

2 comentarios:

  1. Qué pena más grande.

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  2. Si me dices que es un texto escrito en España entre 1936 y 1939, también te creo.

    Saludos,
    J.

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