sábado, 1 de enero de 2011

La prima de Riesgo española


La verdad que, cuando Riesgo me presentó a su prima española, nunca pude imaginar que hoy, tres años después  iba ha estar en boca de todo el mundo. Estar lo que se dice estar, estaba buenísima, pero como ella, con veintiún añitos, por estos lares, las hay por todos lados. De todas formas no creo recordarla tan alta como se ve ahora.

Eso sí, tenía unas curvas de infarto, generosas, nada de 90-60-90. Ella era exuberante  105-90-105. ¡Madre de Dios!. Yo vi mucho riesgo en la prima de Riesgo. Riesgo a quedarme pillao y enamorarme, de manera impredecible e incontrolable. La dejé estar. Pensé que todos aquellos volúmenes en alza eran demasiado para mí. Superaban mis previsiones y mis cálculos. Mi capacidad de resistencia quedaría en entredicho y no aposté. Llaménle miedo, precaución, impotencia, lo que quieran, pero mi olfato me alertó: Aquí hay riesgo al cuadrado, y tanto riesgo no va conmigo ni con mi maltrecha economía.

Se que hubo otros que dijeron: ¡Yo si puedo con eso! ¡Primitas a mí!. Ahora tres años después han perdido hasta los pantalones.

¡Qué se lo digo yo! Aquella era mucha prima. En fin, que se le va hacer.

Por golosos, como las moscas murieron con sus patitas pegadas en la miel.

1 comentario:

  1. Muchas veces cuando creemos que asumir un riesgo es la mejor salida, tarde nos damos cuenta que es mas un suicidio que otra cosa.
    Pero La ventaja del riesgo asumido es que si somos inteligentes habremos aprendido del error aunque con ello nos duela hasta el pelo.

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