sábado, 23 de julio de 2016

Dudas sociológicas de un Neandertal


Quiero reconocer impúdicamente mi neandertalismo: ni veo series en Netflix, ni me interesa lo más mínimo Pokémon Go. Estoy en las antípodas de lo snob, de las tendencias del consumo, y de lo políticamente correcto. Por todo ello, que no es moco de pavo, estoy convencido de que tengo más de Neandertal que de un hombre de nuestra era.
Para terminar de convencerme sobre está hipótesis, me he metido en Google para ver imágenes de supuestos neandertales y, la verdad, a la primera de cambio, se me han despejado todas las dudas.
Sería fácil, no lo discuto, estar a la última. Tan sólo hay que dejarse arrastrar, descargarse lo que haya que descargar, comprarse lo que haya que comprar, bajarse a la calle y ¡ale! a cazar Pokémon. Y hacer quedadas, que no dejan de ser una especie de neomonterías pero sin inflarse a comer cochino, ni fumar habanos. Ahora se fuman otras hierbas aromáticas, pero no estoy a la última en eso tampoco. Me estoy quedando rezagado en esta carrera hacia adelante de la sociología. Debo estar más cerca ideológicamente de la vuelta al campo, del naturalismo, que de un urbanita convencido del alto valor moral y democrático de la sociedad de consumo. 
Los expertos de la cosa dicen que la sociedad de consumo se limita y se corrige sola, que tiene su propia biología basada en el canibalismo: siempre el pez grande se comió al chico, siempre lo nuevo sustituyó a lo viejo, y todo aquello que no se vende no merece ni existir. Los grandes pensadores comparan, de ese modo, el naturalismo con el neoliberalismo salvaje y se quedan tan panchos. Lo peor de este sistema es que todo aquel que no puede consumir no merece existir, y por lo tanto, el maravilloso invento tiene a sus excluidos, sus apestados y sus propios cementerios.
Yo como soy más Neandertal que otra cosa, me van a disculpar, pero no entiendo de la misa la mitad. Es como si la dijeran en latín para que la plebe no se entere pero que siga echando al cepillo, pagando el diezmo, el IVA, el IRPF, y tire sin miedo de su tarjeta de crédito. O es que, tal vez, no haya mucho que entender. O estás con el sistema o estás contra él. O tienes un Iphone 7 o eres un bicho raro. O consumes a discreción o eres un antisistema.
Yo soy un Neandertal pero de los torpes. De serlo sería de aquellos que a lo más que aspiraban era a mancharse las manos con sangre, o con tierra, y dejar marcadas sus manazas en las cuevas para la posteridad, como cuando, de jóvenes, entrábamos en una casa abandonada y escribíamos nuestro nombre y la fecha en la pared, o dibujábamos un corazón en el que poníamos, por poner un ejemplo, Pepe y Juanita.
Sin embargo, por aquella época tan remota ya había modernos, gente rara que iba por delante de su tiempo, y que fueron capaces de pintar algo tan extraordinario como los bisontes de Altamira, o esculpir, de manera premonitoria, a la Venus de Willendorf, como prototipo actual de un cliente de McDonald´s.
Después de todo, no hemos cambiado tanto, unos van por delante y otros vamos por detrás, por lo demás tan sólo estamos más gordos.

8 comentarios:

  1. Yo no entiendo nada. Tanta tecnología me supera.

    Y me parece más bonito no estar a la última...

    Y ahora, con esta cosa rara del Pokémon Go ya ni te cuento.

    Un abrazo

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    1. He encontrado esta mañana un Pokémon tocándome los...pies. Saludos

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  2. pues yo ni voy tan adelante ,ni me quedo atrás,todo tiene que llevar un balance,para el amor estoy chapada a la antigua, pero para mi trabajo tengo que estar por delante ,si no perezco!,ademas tengo hijos jóvenes que me hacen jugar pokemon go y creeme que me divierto, lo neandeartal no va conmigo,animo mi neandeartal!

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  3. Estoy como tú... Ni Pokemon go, ni nada de las modas que les inventan a la gente han podido conmigo. La cantidad de accidentes que está provocando ese nuevo jueguito. ¿No seremos normales los que no?
    Un abrazo.

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    1. Yo tengo poco de normal. No estoy a la última..Esto de escribir es lo más moderno que hago. Saludos

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  4. ¡Vivan los neandertales!
    Estoy hasta las narices de la gente supermegamoderna (que suele estar desfasadísima, aunque parezca lo contrario)

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    1. ¡Vivan los neandertales y las neandertalas! ¿Hacemos una quedada de Neandertales en la Cueva de las Palomas? Saludos

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