domingo, 4 de septiembre de 2011

La piel que habito



Cuando leí la crítica que Carlos Boyero le dedicó en el diario El País el pasado día dos de septiembre a la última película de Pedro Almodóvar, me sentí un poco desconcertado. Lo sentí como cuando de pequeño te daban una bofetada sin haber tenido nada que ver con el asunto. Me pregunté: ¿En realidad será tan patética la película como este hombre insinúa?

Ayer, por fín, fui a ver la película. No había demasiada gente en la sala. Supongo que los grandes consumidores de cine estarían viendo Super 8 o Cowboys&Aliens e ingiriendo, a la par, un litro de refresco aguado y un enorme cachumbo de palomitas de maíz. Observé, descaradamente, con la ayuda del resplandor de los primeros anuncios, que todos los presentes eramos, al menos, cuarentañeros.

En ese ambiente, dió comienzo la sesión y con ello, también mi evasión. Yo no se si el señor Boyero, por el simple hecho de ir a trabajar, no va al cine a dejarse llevar, más bien, leyendo su artículo, pareciera que va al cine a buscar algo preestablecido, algo concreto, que a lo mejor no coincide con lo que pretendía mostrar el director y es ahí donde se produce el desencuentro o el mal entendido.

Yo sí me evadí. Poco a poco mi mente se fue adecuando, como tantas veces, al lenguaje de Almodóvar, a su estética tan personal, al uso que hace el manchego de los impactos visuales: como la performance, las voces desgajadas de cantantes, el minimalismo en los planos cortos, su peculiar uso del color, y mil detalles que le son propios y que le identifican en toda su filmografía.

No creo que La piel que habito se convierta en un hito del cine contemporáneo, pero, sin duda, representa una obra valiente de Pedro Almodóvar, que sigue buscando su propio camino, su propio lenguaje, con independicia de otros intereses como podría ser hacer cine para el paladar de ciertos críticos que aún se asombran de lo diferente.

Pedro lucha por hacer su cine, le pese a quién le pese, para bien o para mal. Pedro pinta, esculpe y modela cada secuencia, cada toma y cada diálogo como un artista plástico, como un poeta y como un narrador convulso ante la vida y por supuesto, ante su propia historia.

La piel que habito, no es una mala película, posiblemente no ganará ningún oscar, pero es, sin duda, una película auténtica y diferente. Otra gran película de Almodóvar.


1 comentario:

  1. Hola amigo, como tu dices, muchos no entienden, hay muchas formas de ver las cosas, para unas son de unas forma y para otros de otras, algunos en ese camino coincidiran pero muchos, para salvarse de alguna critica diran q no es bueno, q no les gusto o mil pretextos, o algunos caeran mas bajo por el solo hecho de que no les cae sierta persona buscaran desacreditarlo, bueno es mi opinion.

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