martes, 14 de agosto de 2012

Fúlvio Mendes, a lo grande


Así me gusta. Más vale que sobre que no que falte. Eso parece saberlo bien  el artista Fúlvio Mendes que ha tomado estos días las calles y las plazas de la ciudad portuguesa de Guimaraes con una serie de intervenciones artísticas cuyo hilo conductor consiste en sobredimensionar los objetos, en este caso la ropa. 
Aunque el primero en descubrirlo fue mi cuñado Josiño, un gallego de pro que fue cazado literalmente por una murciana. El pobrecito, cuando llegó a Murcia para quedarse y vio las bragas de una vecina tendidas en las que podrían caber, perfectamente, tres o cuatro culos como el de su novia, este exclamó: Hostias Ana, si te pones tú así ¡Escapo carallo!
Sabias palabras que han pasado a la historia, pero no se han olvidado.
Al portugués Fúlvio Mendes parece gustarle la gran escala. Y es que lo grande tiene su público. Pensar en grande no es habitual. La gente nos conformamos con lo poco, con lo mínimo y, por consiguiente, conseguimos pequeñas cosas.
En estos tiempos que corren deberíamos y actuar pensar como Fúlvio: utilizando la imaginación y la creatividad para magnificar lo cotidiano. 
En muchas ocasiones buscamos soluciones complicadas, fuera de nuestro margen de seguridad, sin darnos cuenta en la riqueza tan grande que tenemos en nuestro entorno y en nuestro día a día. Buscamos soluciones fuera y no somos capaces de ver el gran margen de mejora que tenemos dentro. Quizás lo de fuera y lo nuevo nos resulte más estimulante y, como tal, nos genere más expectativas. Por el contrario, la mejora de los recursos propios es algo más tedioso, menos atractivo y con unos resultados seguros pero más a largo plazo.
El señor Mendes -Fúlvio para los amigos- parece entender muy bien ese discurso. Su propuesta es simple, su puesta en escena sencilla y su carrera sigue un camino de progreso adecuado y sin estridencias. La constancia, el rigor y, sobre todo, saber mantener el equilibro en su evolución, le llevarán a conseguir el éxito en el difícil y complejo mundo del arte contemporáneo.
Cuando vi esos pantalones, no se por qué, me vino a la cabeza Pau Gasol. No, -me dije ¡ni Pau Gasol! esos pantalones deben ser del yeti. No hombre, no puede ser, el yeti no lleva pantalones.
Algún día averiguaremos de quién eran esos pantalones.
Guimaraes Ciudad Europea de la Cultura 2012. No se lo pierdan.

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