Hace diez años, mi cumpleaños que es mañana, quedo sin sentido. En aquel fatídico día saltaron muchas cosas por los aires. Mucho más que cuerpos, hierros e ilusiones; saltó por los aires, sobre todo, una gran mentira y, tras ella, quedaron al descubierto todo un ejército de mentirosos. Estábamos, por aquel entonces, en una guerra de la mano del Gobierno del Sr. Aznar, en una guerra que se nos vendió, desde las Azores, como limpia y quirúrgica, aunque, desgraciadamente, como quedó demostrado, ni era tan limpia ni era tan quirúrgica. Esa Guerra de las Galaxias que nos querían vender, nos estalló en plena cara. En un principio quisieron acusar a ETA de ese atentado. Luego, ante las evidencias, quisieron aplicar la teoría de la colaboración necesaria. Luego la de la conspiración, y después, más mentiras, más mentiras, más mentiras, más artimañas barriobajeras propias de los gobiernos más oscurantistas.
Ese gobierno, y esa forma de gobernar, está ahora nuevamente en el poder. Ahora, el enemigo es la crisis económica que lo justifica todo. Según ellos, es necesario recortar todos los derechos habidos y por haber, ya que la sociedad del bienestar -que no podemos mantener- tiene que dar paso a la sociedad de las mentiras y del neoliberalismo salvaje. Ya sabemos todos: "aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid".
No me gusta este gobierno de señoritos mentirosos, que amparan en su seno a lo más corrupto de nuestro país, por mucho que se nos quiera decir que nuestros políticos no son otra cosa que el reflejo de la propia sociedad a la que representan. No lo acepto.
Ojalá que nunca se vuelvan a repetir momentos tan dramáticos como los que vivimos aquel día y nunca más tengamos que asistir a la esperpéntica representación teatral que nos ofrecieron aquellos patéticos gobernantes.
Quizás los terroristas, vengan de donde vengan y recen a quien le recen, aún no se han dado cuenta de que las bombas más efectivas son las palabras.
Aquel fatídico día, con lágrimas en los ojos, tan sólo atine a realizar ese collage. Vaya desde aquí mi solidaridad a todos los familiares de aquellas víctimas inocentes. Aunque, en realidad, aquel día, todos nos sentimos víctimas.
Totalmente de acuerdo con lo que has escrito.
ResponderEliminarMuchas felicides!!! Hoy por ser tu cumple un beso.
Muchas gracias Conchy, por asomarte con frecuencia por este blog.
Eliminar