sábado, 22 de marzo de 2014

Con Sabina no hay quien pueda.


Hoy, recién estrenada la primavera, y con la venia de Joaquín Sabina, al que admiro tanto -o más- que al tipo que me robó la cartera en el metro de Madrid sin que me diera cuenta, me gustaría escribir el relato más hermoso del mundo.
Como inspiración estoy buscando un motivo, un guión, un recuerdo, una excusa, una venus con curvas de vértigo, o la cara de un cura de pueblo con gafas de culo de vaso.
Un bonito cuento que poder dedicar a mi Gloria, a mi Yolanda, a las locuras de mi padre, a los achaques de mi madre, o a toda mi empresa, que no es mía, pero como si lo fuera.
Este cuento canción no es el típico cuento del bisnes. Ni tampoco una letra olvidada en el cajón de un músico pasado de vueltas. Ni un relicario. Ni el canto de un cisne mudo. Ni un verso converso y perverso. Ni un mensaje dentro de una botella de ron mercada en un chino. Ni un tuit. Ni una lágrima de plástico pegada al rostro de un actor con bombín y chaqué de alquiler. Ni una rueda cuadrada de churros. Ni un novio con granos compuesto y sin novia. Ni un anuncio de Ortopedias Luján liquidando en Groupon sus patas de palo para piratas engominados y Ipad en ristre, con cara de no haber roto un plato en su vida.
Mi universo canción es un western urbano cuyo protagonista es un sheriff anciano con una estrella oxidada en el pecho y un truja humeante en la mano. Con el tonto del pueblo como carcelero. Con un burdel cochambroso con luces de colores y sillones de cuero. Con su Adelita y su Wendy en dos por uno. Con un banco sin fondos. Con una barbería de corte a navaja y un casino en banca rota con sus tahúres zurdos -y diestros- con las cartas marcadas y el dedo índice en el gatillo. Con indios sin indias. Con caballos con pintas. Con buenos y malos. Con retretes con papel del elefante y una vaca que ríe mientras charla con la Mula Francis.  
Este relato canción necesitaría de una lámpara de Alí Babá para alumbrarse sus penas. De otra página en blanco para comenzarlo de nuevo. Del valor de un torero de plaza de tercera. Del sudor de un putón verbenero. De alicientes. De mordientes. De acicate o de un algo, verdaderamente interesante, que contar a la luz de una buena lumbre de madera de encina.
Yo pretendía, esta mañana florida, escribir el relato canción más hermoso del mundo, como cuando el inigualable maestro Sabina le dedica canciones al contoneo de las caderas de una joven latina, o a un viejo poeta pudriéndose a la sombra de un vieja cantina.
Yo sólo quería escribir unas letras bonitas a la reciente llegada de mis cuarenta y seis primaveras, pero, como se puede apreciar, ni de coña.
Contra este Sabina no hay quien pueda. Lo mio es una burda fotocopia. 
¡Qué grande eres Sabina!

12 comentarios:

  1. De por Dios es un todo un nada, un poco un mucho, un algo, un quizás un entonces un hoy un mañana es un............escrito que solo tu talento lo puede parir en hora buena amigo...................att katya

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    1. El mio ha sido un parto sin dolor. El mérito es del maestro Joaquín Sabina.

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  2. Promavera...sólo recién estrenada en el Corte Inglés y en lo astronómico (Equinoccio) que las telvisiones que tanto nos educan/deseducan confunden con el fenológico, que es el que cuenta, cuando florecemoes y nos reproducimos...

    Tampoco eres tan pequeño al lado de Sabina.

    Un saludo

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    1. Gracias Lansky por tu visita y por tu comentario. Las primaveras, pese a todo, son una gran cosa, aunque ahora al Corte Inglés no le funcionan tanto como antaño.

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  3. Pues no es poco, cuarenta y seis primaveras con tosdos sus veranos , otoños he inviernos.
    Creo que es bastante más lo que as dado,que una simple canción

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    1. Sí Mario, dar es mucho mejor que recibir, al menos eso pienso yo.

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  4. Don Jose, lo de Don lo digo por la edad. la unica diferencia entre tu y Sabina es en la fuente en que bebeis, el bebe (o bebio) y nunca mejor dicho frente a la barra de un bar y tu bebiste tras la barra y en los sillones de mas de una peluqueria, que si lo reflexionas bien, no se donde habra mas filosofia.
    Por mi parte que sepas que ultimamente te leo mas a tí que escucho a sabina.

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    1. Pues es una pena Falar, las buenas costumbres no hay que perderlas nunca.

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  5. Dar, que buena palabra y mejor verbo. Cuarenta y seis primaveras ya, entonces yo te conocí con treinta y seis primaveras, sigue así, dando sin parar, por que este humilde lector así te recordará. Felicidades y un abrazo desde CT.

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    1. Tener, tener y tener, piensa la sociedad, cuando la felicidad está en otra dirección. Lo mismo ocurre con nuestro trabajo, quién piensa únicamente en vender, vender y vender, lo único que hace es generar una gran brecha entre sus clientes y él, mas sin embargo, cuando nuestra relación con los clientes se basa en la entrega y la implicación (dar,dar y dar) los resultados vienen solos. Un abrazo Jorge y recuerda que sólo dando mucha cera conseguiremos nuestros objetivos.

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  6. A mi también me gustan sus canciones, ¿y quién no quisiera escribir el poema más hermoso del mundo?
    Sabina es una buena referencia de nuestros días porque parece entendernos mejor que nadie.

    Saludos.

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  7. Gracias Beatriz por sumarte a mi modesto homenaje a Sabina.

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