Imagínense por un momento,
mis osados y queridos fans, que se encuentran dentro de una vieja cava del siglo
XVII. Imagínense, también -ya puestos a imaginar-, que parte los muros de esta
espectacular Masía, en la que se encuentra esta singular cava, están
construidos sobre las viejas ruinas de la casa de un patricio romano del Siglo
II después de Cristo. La cosa no podría sonar mejor, ¿verdad?, pero les diré
más. Imagínense que la casa en la que me
encuentro está dentro de un espacio natural protegido y a escasamente tres
kilómetros de las ruinas de la impresionante ciudad griega y romana de
Ampurias, frente a las mejores playas de la Costa Brava y que el entorno, en
pleno verano, mantiene una temperatura privilegiada. ¿Se lo están imaginando, a
qué sí?
Lo único que delata un
poco mi presencia en Cinc Claus es la limusina. El chofer no pudo meterla en la
finca de Mas Peraquintana y se ha tenido que quedar afuera con la consiguiente
expectación que el vehículo está generando entre los turistas que se acercan hasta
aquí, a caballo o en bicicleta, y entre los doce habitantes de la aldea, los
cuales ya no están ni para lo uno ni para lo otro.
Si han imaginado todo ese
bucólico escenario, imagínenme a mí ahora, sentado en esa vieja cava, sobre un
butacón de diseño sueco, escuchando música clásica, ataviado únicamente con un
albornoz de seda china, bebiendo un té de jazmín y escribiendo esta descripción
sobre el lugar en el que me hallo escondido del mundo y, sobre todo, del acoso
de esos paparazzis, a los que odio más que a nada en este mundo.
Esta mañana, bien
temprano, para no ir más lejos, mi equipo de seguridad le ha pegado un buen
susto a un fotógrafo freelance que estaba encaramado a un árbol, frente a la
casa, vestido de camuflaje. Con su
frustrado, y ahora maltrecho, teleobjetivo, pretendía filmarme con mi nueva
amante y fastidiar las exclusivas que la revista Interviuti y el programa de
televisión Sálvate publicarán en los próximos días. Para su información, mi
actual compañera es una jovencísima modelo de origen venezolano que promete
mucho, a la que voy a promocionar durante la próxima campaña. Con ella ya estamos
preparando, de mutuo acuerdo, una dolorosa ruptura, por un supuesto engaño, y
yo fingiré, tras otro buen reportaje que venderemos a la revista Love, estar destrozado y buscando
consuelo en los brazos de una joven promesa del cine polaco que ya tengo
apalabrada.
Como ando un poco justo de
liquidez –la Viagra, el caviar iraní y el champán francés están por las nubes-
he pensado en organizar un “supuesto” ataque a la limusina por parte de unos
radicales antisistema. Vamos a tantear a los representantes de varias revistas
a ver a cuál de ellas le puede interesar que montemos el tinglado. Todo
dependerá de cómo anden de carnaza los medios de comunicación este verano
Comprenderán fácilmente,
tras la lectura de esta narración, que resulta muy duro y difícil mantenerse,
durante tantos años, en el candelero. Los famosos estamos siempre expuestos ante
las miradas insaciables de los consumidores de prensa del corazón. Con agujetas
en los brazos y en las manos de tanto firmar autógrafos. Con dolor de cara de
tanto posar con nuestro lado bueno y fingir sonrisas perfectas de anuncio de
dentífrico. No tenemos ni pizca de intimidad. Esto es un asco, en serio.
Se lo digo sin acritud: si
aún están a tiempo, elijan otra profesión, ya que esta de ser famosillo de
vodevil y papel cuché, con esta interminable crisis que nos ha caído encima, no
merece la pena. Se lo aseguro.
Ya no sé qué coño
inventarme para hacer cash.
Bueno, les dejo, que nos
sirven el almuerzo y, como todos ustedes comprenderán, sería una pena que el
faisán a la naranja se me enfriara.
Me dejas patidifusa!!! No te habria imaginado asi nunca...jejeje pero ha sido diver...Un abrazo.
ResponderEliminarSoy camaleónico, Conchy, la mismo soy un rico con bata de seda, que me visto de lagarterana. Saludos.
Eliminar¡Sí, señor! Una lección de manejo del género, o subgénero o ..., narrativo que llaman bioficción. En el próximo capítulo de mis cuentos tontos me atreveré con él. Claro, que no garantizo, ni de lejos, tan buen resultado. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Cuentón. No me eches tantas flores que me voy poner colorado. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarDeliciosa gamberrada ♡
ResponderEliminarGracias Emi, por cierto, muy interesante y atrevido tu blog. Enhorabuena.
EliminarYo solo puedo decir GENIAL!!!! Me ha encantadoooooo. Gracias!
ResponderEliminarGracias, Mari Carmen, quizás dentro de algunos años, alcance la genialidad, de momento soy un desvergonzado que se atreve a publicar sus fantasías.
EliminarUn abrazo.