De parecerme a alguien, me gustaría parecerme al escritor Juan José Millás. De joven, mucha gente me encontraba un ligero parecido, o no tan ligero, a Bruce Springteen. De hecho, una clienta del bar en el que yo trabajaba, que era pelirroja y con muchas pecas, me llamaba Bruce, y en mi fuero interno yo me moría de gusto por parecerme a ese roquero gringo mientras mis amigos se parecían más a los Hermanos Calatrava. Mi anonimato y mi insignificancia se consolaban, detrás de la barra del Bar Josepe, gracias a ese afortunado parentesco.
En ocasiones, parecerle a alguien te puede salvar la vida y en otras acabar contigo. A un amigo mio del barrio lo confundieron con uno que trapicheaba con drogas, y que al parecer debía una pasta, y le arrearon tal paliza que lo dejaron hecho escombro.
Dicho lo cual, me reafirmo en mi planteamiento inicial: quiero parecerme a ese señor, sencillo y tranquilo, que tiene un problema serio para pronunciar las erres, pero que tiene una forma inconfundible de narrar lo de este mundo y el otro. Millás juega con la realidad, adentrando sigilosamente a sus lectores en una especie de laberinto, para hacerles ver lo que nadie ve, o lo que nadie es capaz de percibir, por estar pensando, tal vez, en nuestro anhelado gobierno, en el próximo Barsa-Madrid, o en las curvas de la Pedroche.
Fíjense...aún lo de la Pedroche lo podría medio entender. Pero lo de lo otro, lo de la fiebre balompédica que nos atenaza, y de lo de llevar un año sin gobierno, cada vez lo entiendo menos. O tal vez es que no hay mucho que entender.
Yo, por eso, sobre lo mío con Juan José Millás no tengo dudas. Cuanto más lo leo más claro tengo que no sé absolutamente nada. Por eso, casi de manera enfermiza, espero cada uno de sus artículos, y cada una de sus novelas, con el perverso e inconfesable afán de parecerme a él, como de joven me parecía a Bruce.
Y en el camino de parecerle a otros acabas encontrándote a ti mismo, o, como en mi caso, perdiéndote para siempre.
Me has recordado que a mi en dos ocasiones, no una, DOS ocasiones me dijeron que me parecía a Linda Carter la mujer maravilla!!!! jajajaja
ResponderEliminarPD: de joven claro! ;)
saludos =))))
La verdad, tú te ves mejor que Linda Carter. Saludos.
Eliminar¿Por cierto, quién es Linda Carter?
EliminarSin duda , eres genial.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz fin de semana
Amalia no me tires tantos piropos que voy a tener que ir al psicoanalista. Un abrazo...
EliminarHe leido mucho a Millas. Pero para mi hermana es un ídolo como es tambien Murakami. La imaginación y la fantasía mezclñada con la realidad, forman un batido realmente explosivo. Hace años que no cae un libro de Millas en mis manos pero me han dado ganas de pedile a mi hermana uno pues creo que los tiene todos.
ResponderEliminarUn saludo.
Juan José Millás es un monstruo y Murakami un tiranosurio rec o cómo se llame esa cosa...Mi monstrua es Amelie Nothomb...Leer es mi pasión. Saludos
EliminarVeo que te encantaría parecerte al escritor Juan José Millás.
ResponderEliminarBien cierto que casi todos tenemos nuestro doble, o que nos gustaría parecer.
Un beso.
Yo canto como Juan Luis Guerra pero él me saca medio metro de altura...Saludos.
EliminarComo dices en ocasiones resulta divertido parecerte a alguien, de echo parecerte a Bruce es fantástico... vamos que todo sea dicho, a mi bruce me vuelve loca, pero estoy convencida que lo mejor del mundo es parecerse a uno mismo. Seguro que eres un tipo fantástico que te hace poca falta parecerte a Millás pero claro todos tenemos a esa persona que nos llama la atención y nos gustaria tener cuanto menos su encanto y atracción aunque lo tengamos siendo nosotros mismos y no nos demos cuenta...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
A mí me fascina tener referentes a modo de brújula existencial. No me avergüenza reconocer que los necesito. Saludos
EliminarYo quiero parecerme a mi mismo, con mis aciertos y mis no aciertos...así se aprende bastante más...como diría el pobre de mi abuelo,....a estacazos....salu2 desde La Azohia....
ResponderEliminarYo prefiero tener referentes y si son buenos y me transmiten cultura y valores mucho mejor. Saludos.
EliminarLo cierto es que yo, con conocerme a mi misma, tengo más que suficiente jfbmurcia.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz septiembre
Fina
Debe ser que yo soy un simplón, jajaja, y me veo en la necesidad de aprender de mis maestros. Saludos.
Eliminarla verdad es que perderse o pensar que eres otra persona también tiene su punto,yo quiero ser Charlize Theron.....VIVA EL CUQUI Y VIVA EL JEFE BRUCE.
ResponderEliminarTú terminarás pareciéndote a Angela Merkel...Saludos, Lola.
EliminarYo quiero parecerme a Dolores O´riordan, y a veces creo estar cerca,jajjaa. Me encanta eso de buscarse a uno en los demás.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Es divertido, Beatriz. Todos nos enseñan. Saludos.
EliminarSe dice que tenemos 7 gemelos repartidos por todo el mundo , ya encontraste a Bruce, ahora date a la labor de encontrar los otros 6,igual y en tu recorrido encuentres mas historias que contarnos, eres genial! no cambies ni te parezcas a nadie.
ResponderEliminarPues siento decirte que cambio cada cada media hora. O sea, que toda vez que terminas de conocerme, ya no soy el mismo. Saludos.
EliminarNo te parezcas a nadie. Siendo como tú estás muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
No, claro que no, tengo miles de referentes a los que me encantaría parecerme. En el momento que yo pensará que ya no tengo que parecerme a nadie me convertiría en una Estatua de Sal. Saludos.
EliminarJajaja, me has hecho reír con esos parecidos con Bruce o con los hermanos Calatrava, jajaja.
ResponderEliminarMe han sacado parecido con Juan Luis Guerra, pero yo problemas con la bilirrubina no los he tenido, jajaja.
Pues yo canto igualito a ese dominicano, mi bro. Te lo aseguro. Te regalo una rosa, la encontré en el camino...Saludos.
Eliminar