El domingo seremos normales. Volver a la normalidad consistirá, con toda probabilidad, en continuar inundando el mundo de inmundicias, en seguir fabricando armas y matándonos, en seguir fomentando odios y divisiones, en definitiva, retomaremos la misma normalidad anormal de la que disfrutábamos antes de que nos atacara el bicho.
Las secuelas de la pandemia son cuantiosas. Personales, económicas, sociales y psicológicas. La enrarecida normalidad nos hará cuestionarnos cosas que hasta hace tan sólo unos meses eran incuestionables. En mi caso, de hecho, he de confesar que me estoy planteando volver al ecologismo activo y dejar de ser una célula durmiente. Creo que ya he dormido bastante. Me estoy planteando levantar mi voz, más aún si cabe, contra todo tipo de injusticias. Me estoy planteando no gastar ni un solo euro en grandes plataformas digitales ni en grandes cadenas de distribución. Me estoy planteando, muy seriamente, en desviar todos mis gastos y mis recursos hacia la economía de proximidad, a la tiendita de la esquina, a la zapateria, a la librería de mi barrio, a los mercados tradicionales. Me estoy planteando potenciar la cultura y el respeto como vacunas contra la intransigencia. Me estoy planteando, desde lo más profundo de mi ser, que a partir del próximo domingo, en el que en Murcia volveremos a ser normales, ser un persona muy distinta.
"Piensa globalmente y actúa localmente.
Magnífico y que nada, ni nadie te haga desistir. Que por lo visto, muchos están saliendo peor de inconscientes que antes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo con felicitación.
¿Y los que nunca fuimos normales cómo le hacemos?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Eso de "nueva normalidad" me ha sonado un poco contradictorio desde que lo escuché por primera vez.
ResponderEliminarLa gente decía que íbamos a ser mejores después de esto. No digo que tú no lleves a cabo esos planteamientos, pero en general no me lo creo.
Un abrazo.
Me parece una buena idea, yo también debería de hacerlo. Besitos.
ResponderEliminar