jueves, 1 de julio de 2021

El niño héroe

Escribo a destajo, como si tuviera muchas cosas que decir. Lo hago pese a no saber. Compulsivamente. Alocadamente. Efusivamente. Aunque, en realidad, aprecio aún más la oralidad. El contar, incluso el cantar, que es lo mismo pero entonando cual jilguero con afonía. Contar historias con palabras almibaradas, bien colocaditas, intentando ordenar el caos con el que brotan mis discursos, o mis cuentos, o mis plegarias. Me recuerdo de pequeño escribiendo mi primera historia en mi casa de Ronda de Levante. Yo tendría nueve añitos recién cumplidos. Escribía una historia bélica en la cual el primero de mis alter ego hacía las veces de héroe. Desde niño he tenido algo de Quijote, aunque con los años voy para Sancho Panza. Por lo de gordo y por lo de comedido. Casi 50 años después me sigo pareciendo a ese niño que escribía en la cama. Ese niño peinado a lo cazo que quería contar historias. Historias que nacían de mí o que volaban a mi alrededor para que yo las atrapara y les diera forma. He de reconocer que me gusta dar forma a las cosas. Parecerá increible lo que les voy a desvelar, pero ese niño aún sigue escribiendo. Aún sueña con ser un héroe y poder dar forma a su propia deformidad.

5 comentarios:

  1. Bendita sea la vigencia de ese niño.
    Un abrazo

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  2. El niño ha crecido, pero sigue siendo fiel a sí mismo.

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  3. Vamos a ver a dónde nos lleva esta história 💪💪

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  4. También se pueden deformar las formas...

    Suerte,
    J.

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  5. Sigue escribiendo que a mí me encanta leerte. ¡ Que bonito estas en la foto ! Besos.

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