jueves, 27 de julio de 2023

Los goles de mi recuerdo

Paseo por la playa. Mis piernas ya no son lo que eran. Con una gorra cubro mi calva para protegerla de la inclemencia del sol. Una brisa suave hace ondear la bandera azul. Hoy, el baño es seguro y el mar resplandece sereno como una balsa de aceite. Las gaviotas graznan persiguiendo como locas a un pequeño pesquero que regresa a puerto. Yo camino rumiando mis recuerdos. Caminar es recordar. Unos chavales, entre los que podría estar yo, juegan al fútbol en la playa. Chicos y chicas, entremezclados, sin distingos ni exclusiones. La portera detiene el acrobático chut de un atlético mozo que se echa las manos a la cabeza. La chica lanza con fuerza la pelota a un hábil palomero que, tras pisar el balón, golpea la pelota con tanta precisión que quita las telarañas de la escuadra del lado contrario. La gente que contempla el partido, bajo un sol de justicia, aplaude efusivamente la jugada, asombrados por la plasticidad de su ejecución. Lo que daría por ser ese goleador. Ya lo fui... Camino pensando en lo injusto de la vida. Una vida que trascurre vertiginosa y sin marcha atrás. Mis goles, como mis recuerdos, solo son pasado. Un bote de RedBull viene rodando hasta mi pie. El bueno. Le pego con fuerza con mi pierna derecha y me jodo el dedo gordo del pie. ¡Me cago en la leche!

2 comentarios:

  1. Menudo nivelazo tienen tus recuerdos. Los porterías con postes, escuadras y hasta redes. No me extraña lo del dedo gordo del pié. Felices goles.

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  2. Una multa para quien haya arrojado esa lata, veinte latigazos en la espalda, como mínimo.

    Saludos,
    J.

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