sábado, 4 de febrero de 2012

Perversiones sexuales en Chicago


No, no se vayan a pensar que me he ido a Chicago a chingar. Nada que ver. En realidad lo que he hecho ha sido algo bastante más sencillo y económico, ir al teatro. Por mucho que me pese, he de reconocer que no voy mucho al teatro, no pretendo dármelas aquí de progre intelectual. De hecho, si recorren las más de doscientas y muchas entradas de este blog magazine, verán que es la primera referencia teatral que he atrevido a comentar. Pero esta obra merece la pena. No conocía de nada a su autor, un tal David Mamet, pero de lo que no hay duda es que este hombre es un cachondo mental al que le van más las tías que a un tonto un lápiz. Debe ser algo así como un discípulo de Bukowski, al que había que echar de comer -y de beber- a parte.
No,no se vayan a pensar, tampoco, que David Mamet es el único hombre al que le gustan las tías en cantidad, no es eso. Como se puede apreciar a lo largo de la genial interpretación de los machos gringos de la obra: Fernando Gil y Javier Pereira, los hombres dedicamos más tiempo durante el día a pensar en echar polvos apoteósicos -con la vecinita de enfrente o con la cajera del Mercadona- que a reflexionar sobre los efectos de la crisis financiera.
Las mujeres son más soñadoras y más prácticas. Los hombres, por el contrario, somos más básicos: sólo tenemos una neurona activada -en forma de pene- y queremos morir hartos de intentar replicar a la especie humana y que esta no sucumba bajo ningún concepto. Y, claro, para esa gran lucha por la supervivencia de la especie, el hombre-pene tiene que estar pesando continuamente en follar, en un continuo sacrificio, no siempre bien entendido.
Las chicas de la obra: Úrsula Corberó y Cristina Alcázar lo bordan. La escenografía y la estética visual en su conjunto es correcta, aunque, quizás yo, por estar en la primera fila, y estar viéndoles las bragas a las actrices durante toda la función, recuerdo menos de la escenografía que de la lencería.
Perversiones Sexuales en Chicago, en la adaptación de Roberto Santiago y la dirección de Juan Pedro Campoy, para la compañia La Ruta Teatro, han hecho un buen trabajo. 
Mereció la pena la inversión de esos doce euros que costó la entrada. Una buena obra a un precio muy adecuado. Acorde a los tiempos que corren. Sonrisas a bajo coste.

1 comentario:

  1. Bueno eso de que somas mas practicas se los dejamos a ustedes porque por ahi dicen que ustedes van a lo que van y listo en cambio nosotras en eso del amor parecemos una gallina criando patos mas complicadas para donde pero en lo que si te hallo toda la razón es que ustedes parecen llevar el cerebro de cabeza o como decimos acá patas para arriba pero déjame decirte que bien les funciona y no corren el riesgo de que se la vaya la sangre a la cabeza pues alli es donde mejor les va o no?

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