domingo, 19 de agosto de 2012

Cómo descubrí a Mrozek


Si no lo digo reviento. El otro día en el FNAC de Guimaraes, en Portugal, en la zona de libros en castellano -con el portugués todavía me lío bastante- buscaba un libro liviano. Sí, sé que en verano tenemos que comprar un ladrillo de quinientas páginas para hacer alarde de nuestra erudición y de nuestro alto nivel intelectual, lo sé muy bien, pero a mí me van las lecturas más escuetas. En una ocasión, influenciado por el modismo que acabo de describir, sin ánimo de ofender por cierto, compré un libro de seiscientas veinte páginas que se podría resumir perfectamente en: hombre deprimido, inadaptado y con amores tortuosos se suicida. O sea que, si hiciéramos un ejercicio de estiramiento literario, para cada una de las palabras, de mi resumen, habría que añadir sobre unas cien páginas. Tiene su mérito la cosa, sí señor.
Desde ese desagradable suceso, no falto de creatividad y destreza por parte del autor -hay que llamar a cada cosa por su nombre- no he vuelto a invertir mis cuartos en un mamotreto de semejantes características. Así que buscando y buscando algún librito que llamara mi atención, me encontré con uno de un polaco de Polonia, tan amargado e inconformista como otro escritor polaco de Estados Unidos que me encanta. Así es como he descubierto este verano a Slawomir Mrozek, el qué, como decía, me ha recordado, en cierta medida, a Charles Bukowski el maestro del conocido realismo "sucio" ya que, al parecer, se limpiaba el culo con los manuscritos antes de presentarlos al editor.
Bromas a parte, Mrozek me ha conquistado por su realismo, por su forma sarcástica y ácida de relatarnos la cotidianidad de unos países que padecieron, y padecen aún en la actualidad, la transición desde la oscura época comunista hacia el gran sueño del capitalismo.
En Guimaraes me compré La Mosca y, ya en Murcia, me he comprado El Elefante. No el que cazó el Rey de España, antes de pegarse el morrón y romperse la cadera por tierras africanas, ni el Elefante del viaje de José Saramago -maestro de maestros-, ni el elefante que, en mi novela inconclusa, deleita a los gitanos de los carromatos en la nieve. El Elefante de Mrozek es un libro de relatos de fácil lectura que provoca profundas reflexiones sobre nuestra sociedad y nuestra actitud ante la vida y lo hace desde el humor y la sátira. Su mirada escéptica y burlona hace que el libro se lea en media hora y tengas que ir a buscar más. Yo fue llegar de Portugal y tener que ir a por el segundo. Entre leer a Mrozek y escribir este blog, no hay forma de avanzar en mi novela. Esto va más lento que la obra del Escorial.

4 comentarios:

  1. Con esta reseña que haces, ya mismo me compro algo de este autor. Y no me importaría nada ir a Guimaraes a por el primero :)
    Espero que sigas esa novela anunciada y la veamos en breve.

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  2. Hola María, gracias por tu comentario. Con lo de la novela me he metido en un berenjenal de mil demonios. Pero los retos son los retos y cuando me pongo uno no me gusta, para nada, tirar la toalla. Así que yo, despacito y buena letra.
    Un saludo.

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  3. Gracias por presentarme a Mrozek.

    Recuerda que Charles Bukowski nació en Alemania.

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  4. Sí Anuar, tienes mucha razón.Bukowski como explica la wikipedia, nace en Alemania y muere con nacionalidad estadounidense, pero es de origen polaco por parte de padre, como acredita su apellido. En realidad Charles Bukowski fue un hijo del camino. Siempre fue un extranjero allí donde estuvo.

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