martes, 31 de diciembre de 2013

Benditos escraches.


Me van a permitir que hoy hable sobre está palabra, desconocida por estos andurriales hasta el momento, y que acaba de ser nombrada palabra del año por una fundación del BBVA. Llegó cargada de polémica y en forma de arma arrojadiza entre unos y otros, ya que, como todos los que por aquí subsistimos, sabemos que, en España, sólo existen los unos y los otros. Casi los mismos bandos de la Guerra Civil pero con distinta escenografía y uniformidad.
Y me voy a permitir esa licencia para darle uso. Mandando, desde este pequeño rincón del ciberespacio, un escrache preferencial a los banqueros. A los políticos corruptos y a los que miran para otro lado, que es lo mismo que serlo. A los que sueñan y se frotan las manos en este país recortando derechos y libertades fundamentales que nos costó tanto conseguir. Un escrache, también, a los empresarios que con la escusa de la crisis han recortado salarios a sus empleados y ellos siguen evadiendo impuestos como si tal cosa. Escrache también contra la telebasura, arma fundamental para el aborregamiento colectivo. Escrache contra nuestra pasividad, ya que todos, entre los que me incluyo, hemos permitido que los miembros de esos escraches estuvieran solos y fueran muy pocos.
Pero pocos siempre han sido los valientes. Siempre pocos son los que dan la cara. Siempre pocos son los que alzan la voz contra la injusticia. Siempre pocos suelen ser los que defienden al débil frente a los todopoderosos. 
Vaya desde aquí este humilde reconocimiento, no a la palabra "escrache", a la cual le doy mi más cordial bienvenida a nuestro vocabulario popular, sino a todas y cada una de esas personas anónimas que, durante estos años despiadados de crisis económica y moral, han salido a dar la batalla contra la injusticia.
Benditos escraches. Benditos valientes.

8 comentarios:

  1. Yo envío un "escrache de letras" a todos los que maltratan animales o a todos los que sienten un patético placer al dañar seres indefensos.

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  2. Yo les envió un escrache de letras a todas aquellas personas que todavía creen, que el mundo puede ser mejor si se toma conciencia de los problemas sociales y dejan el egoísmo y de pensar solo en sí mismos.

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  3. "Escrache de letras" sencilla y poderosa idea... El mío sin dudas va con copia a tu listado y voy a Incluir uno más... Escrache al pesimismo, al pesimismo contagioso y a todos aquellos que lo practican y lo promueven.

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  4. FELIZ AÑO BLOGUEROS!! A mi me gustaría enviar un escrache a todas esas personas que culpan a los demás por no cumplir sus sueños y no se dan cuenta que eso sólo depende de uno mismo. Saludos!!

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  5. Mi escrache va dedicado a todas esas personas que nos dirigen como si de marionetas nos tratásemos .
    Ya es hora de ir cortando esos hilos y empecemos a caminar solos y dejemos de actuar en esos escenarios hechos al gustos de unos pocos
    Happy new year ¡¡¡¡

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  6. Feliz Año a todos, con todos los escraches que has mandado en tu relato ya pocos quedan. Pero bueno yo el mio se lo voy a mandar, a todas esas personas que nos gobiernan a su antojo, sin mirar nunca a la plebe, porque solo les mueve su bienestar propio, sin importarle las personas que los han puesto ahi. Y otro escarche algo mas energico se lo mando como dice Carlos, a los pesimistas y a su pesimismo que llegan ha hacer en algunos casos que sea hasta contagioso para otros. Aún quedan muchisimas cosas por hacer y estoy convencido que entre todos, "PODREMOS"... Salu2

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  7. Los humanos jamás cesarán de sorprenderme con sus ocurrencias. Van de la desfachatez al milagro.
    Cada ser es un ejemplar de ambos extremos.
    En alguna época de mi vida perseguí el equilibrio, la armonía. Aseguraba que alcanzar el balance entre las fuerzas que nos hacían ángeles o demonios era la tarea a realizar. Hoy me invento que esa vieja conclusión era otro más de mis desatinos. El tiempo nos va anulando. Todo saber sirve para nada.
    Dar tumbos es más divertido. No tener certezas es más inspirador, quizás menos cobarde. Fijarse un norte lejano es no reconocer el sitio donde se está plantado. El radio de acción lo mide el alcance de tu zancada, no el de tu mirada, nunca el de tus sueños. Tu momento es el día que se acaba, no el día que llega.
    Por eso, este ciclo inventado de año que se acaba y año que comienza (origen de esta epístola) no deja de ser, a la par, efímero y perenne, absurdo y coherente. Produce ese estado humano que es mezcla de emoción y razón, y no sirve más que para producir estas ridículas cavilaciones de expiaciones y promesas, de penitencias y juramentos.
    Es poco lo que evolucionamos en los actos. Seguimos siendo lacayos de la palabra hueca. Todo ritual intenta afianzar la caricatura que somos.

    Bueno. No me tomen en serio tampoco. Sólo quería decir que la evolución que padecemos los humanos no es producto de nuestra voluntad. El deterioro es natural e inevitable. Somos una raza hipócrita. La historia es un embuste, la realidad una danza de máscaras. Y aunque nos resistamos a creerlo, el amor tampoco ha sido la respuesta.


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    1. Muchas gracias Anuar, por darle valor a este blog en cada una de tus intervenciones.

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