miércoles, 7 de enero de 2015

Desorientado


Este año he sufrido una desaceleración en mi productividad literaria. Escribo menos. Mi mente no acierta a coordinar, del mismo modo que antes, mente y dedos. Mis falanges se sienten entumecidas ante mi apatía creativa. Más que apático quizás estoy algo desorientado. 
Sobre mi mente afloran, cada vez con mayor frecuencia, dudas sobre la idoneidad de seguir amontonando historias en este blog, que he tomado prestado de Blogger, y sobre el que he volcado miles de horas de escritura con más o menos acierto y muy dudosa calidad.
El blog sigue vivo únicamente por mi cabezonería y por y para los cuatro amigos y amigas que me leen de vez en cuando. Estos cientos y cientos de entradas no son otra casa que una lucha al aire libre para mejorar mi capacidad de expresión. Últimamente leo más que escribo. Tal vez esa sea la causa. Mi cerebro necesita aire fresco. Aspiro y espiro. Necesito aspirar novelas y novelas para espirar relatos, que algún generoso lector ha denominado como "libres", y que yo no sé ni cómo ni para qué calificar.
La libertad es una aspiración irrenunciable y yo la uso con mucha frecuencia y con escasa cordura. Por eso, a la primera de cambio, surgen los malentendidos y las lecturas juiciosas cuya única finalidad es buscarle tres pies al gato. Me ha pasado varias veces a lo largo de estos años. Nunca llueve a gustos de todos. Es normal.
Todo depende del color del cristal con que se mira, o con el que se lee. Toda lectura es poliédrica. Mi pasión por el relativismo y por magnificar lo cotidiano impregnan todo lo que hago y todo lo que escribo. 
Los que me conocen saben que lloró con la misma facilidad que con la que sonrío. Este año se ha desmerecido por la ausencia de mi madre. La he perdido y tras ella se han desvanecido mis ganas de escribir. Aún tengo su número de teléfono grabado en la agenda del móvil. Aún pienso que llevo muchos días sin llamarla y estará enojada. Es como si aún estuviese ahí. Para enojarse conmigo. Para exigirme más. Para pedirme que hable nuevamente con mi padre. Para hablarme de todas las cosas de las que ella siempre me hablaba.
El año que acabamos de dejar atrás se ha llevado muchas cosas, pero los Reyes Magos de Oriente, para intentar sacarme del ostracismo al que yo mismo me había condenado, me han traído un libro de mi admirado Amin Maalouf titulado curiosamente "Los Desorientados" y un perfume de Loewe que a mi madre le encantaba. 
Sí, lo reconozco, he escrito menos de lo que debería. Voy a intentar orientarme para volver a acelerar. Me consuelo al pensar que a ella le gustaría que lo siguiera haciendo.


6 comentarios:

  1. Hoy hace un año que murió la mía. Que sepas que leerte me ha ayudado mucho en este año a seguir hacia adelante, ( la única sonrisa de algún día la consigió la lectura de un relato tuyo) no me dejes tú también. Un abrazo.

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    1. Conchy, tras tus palabras de aliento ya soy capaz de seguir escribiendo hasta que se me sequen las ideas.

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  2. Pepe has empezado el año muy tristón, eso no puede ser y aunque escribas menos no te preocupes...la razón es por que hasta ahora has escrito mucho jejeje
    una pausa no le va mal a nadie...
    saludos

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    1. Un abrazo Marina, ya estoy más animado, es que esta navidad se me atragantó una albóndiga de bacalao...

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  3. El amigo Amin Maalouf muy bueno si señor, al cual conocí gracias a ti. Leon El Africano el cual no me dejó indiferente. Supongo que Los Desorientados tampoco lo hará contigo. Un saludo.

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  4. Creo, no, estoy segura que al año que se acabo paso raudo y veloz por las estaciones de todos pero aun así tuvo tiempo de parar para llevarse cosas buenas que aun no debían irse y cosas malas que duraron tanto aquí que ya pereciera que nunca se irían, pero la verdad es que muchas veces duele por que quizás dejamos para después muchas cosas o tal ves hicimos demasiado por quien nunca lo aprecio de verdad quien sabe como será pero hasta tu tienes derecho a bajar la marcha por que necesitas tomar un nuevo impulso pero debes recordar que como reza la física básica todo cuerpo que va a alta velocidad tardara un poco en detenerse del todo y todo cuerpo en reposo tardara de igual forma en acelerar. Gracias por tus reflexiones.

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