jueves, 15 de enero de 2015

Vida maravilla


La vida es un tótum revolútum que se esconde en la caja de un reloj. Una aventura no apta para ansiosos y despistados. Los antiguos griegos, que eran una gente muy avanzada para su época -y para la nuestra-, inventaron la tragicomedia a imagen y semejanza de su convulsa existencia. Pese a que no tenían un Iphone en el bolsillo y un Mcdonald´s en cada esquina, en esencia, su vida y la nuestra no se diferencia demasiado. Prueba de ello es que inventaron el running y ahora, casi tres mil años después, nos partimos el culo por imitarlos. Igual que con la democracia, también la inventaron ellos y ni os cuento...
La tragicomedia nació algo así como un primer selfi pero en plan intelectual; una revisión pública de nuestros egos en la que asumimos nuestra cara y nuestra cruz, nuestras bondades y nuestras maldades, y, esto ya es el colmo, en lugar de deprimirnos, nos partimos de la risa. Tal vez por eso las calaveras siempre se están riendo. La risa trasgrede, sin despeinarse, la invisible línea entre la vida y la muerte.
El casino de la vida hace que nos la tengamos que jugar, a par o impar, en el momento más inesperado. Le da igual que estemos en pijama, haciendo el amor, o en el supermercado. Reto tras reto, prueba tras prueba, charco tras charco, la existencia, a la que cariñosamente llamamos vida, nos seduce con pamplinas y sueños para que no nos escapemos por la puerta de atrás, o por la puerta falsa que es como le llaman al suicidio de manera literaria los que saben de literatura.
Vida torbellino. Vida ilusión. Vida oasis. Vida refugio. Vida pasión. Vida hipócrita. Vida sin vida. Vida maravilla. La ruleta del destino nos lanza la nuestra como un delantero lanza un penalty y, amigos, poneros a pararla. Ni Iker Casillas...
A mis casi cuarenta y siete primaveras creo atisbar en el horizonte las claves para entenderla. Me acuesto con mis canas, cada noche, con el sueño de que se está acercando ese día. Acaricio la caja de mi reloj para que sepa que la quiero, y que, pese a todo lo que le gusta complicarme la existencia, cuando nos veamos frente a frente y en son de paz, la pienso invitar a un buen café escuchando de fondo una bonita y mágica canción de Joan Manuel Serrat.

6 comentarios:

  1. ojala se pudiera perder ese tren , pero como no será posible,espero que nos deje mucho tiempo esperándolo en el anden

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  2. En esto a lo que casi todos llamamos vida, hay que entender que estamos todos de paso. Cuanto antes se entienda, antes se disfruta. Por eso hay que aprovechar todos los momentos que se nos brindan, sean buenos o menos buenos, y sacar lo positivo de ellos. Felicidades buen relato....

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  3. Yo no, no pienso morir, así que ya sabes. Es una vida maravillosa siempre y cuando seas libre para respirar a tus anchas.

    Buena ironía te traes con este año.

    Saludos.

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  4. Pepe, si quieres tomar un caffe nos lo tomamos, pero cuando te den estaas reflexiones tan profundas, no es bueno tomar estar mucho tiempo solo pensando, te puede dar hasta por querer entender a los politicos.

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  5. Sabes José la vida para mi es mas complicada cuando parece que has tomado el tren que no era y te lleva de un lado para otro de un sueño a otro pero en ninguno se detiene tan siquiera a respirar, vivir es muy complicado mas que se le puede hacer hay que seguir haciéndolo ojala yo encuentre pronto la estación correcta.

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