miércoles, 9 de marzo de 2016

¿Pasta o pollo?


No sé si alguno de ustedes se habrá quejado alguna vez de lo mal que se come en los aviones. Yo he llegado a la conclusión, aún a riesgo de equivocarme, de que lo hacen adrede para putearnos. No les basta con llevarnos amordazados y como piojos en costura, no. Nos tienen que dar de comer lo que no les darían ni a su peor enemigo. ¡Y el olor de las bandejas me mata! Qué más les dará a ellos ofrecernos un buen bocata de jamón, o de queso, o de mortadela, o un par de piezas de fruta y un yogur desnatado con bífidus activo (por cierto, qué será eso del bífidus activo), pues no. No se cansen, lo que nos toca es enfrentarnos al mismo dilema con independencia de la compañía aérea con la que volemos: ¿pasta o pollo?
Yo hace décadas que no como en los aviones. Bueno, no como lo que ellos me ofrecen; yo me llevo mis viandas y me pongo fino filipino. La última vez que volé me llevé una bandeja de sushi y ligué con una azafata que le traía un aire a Scarlett Johansson. Fue abrir la bandeja y la rubia comenzó a mirarme con deseo. 
-Usted sí que sabe -me dijo regalándome una sonrisa picarona.
Le di la mitad de mis makis y ella me dio su número de teléfono. Lo malo vino después, cuando al llamar me contestaron desde una clínica dental. Como no soy de gastar en balde aproveché la llamada para pedir cita y repasarme los empastes. La tía, aparte de guapa, era lista.
De hecho, tengo que confesar que, en cierta ocasión, una vez que habían servido todas las bandejas, y yo andaba enfrascado comiéndome un suculento bocata de jamón ibérico con queso manchego, le pregunté por curiosidad a una azafata:
-¿Señorita la pasta con qué viene?
-Con pollo -respondió al instante.
Quedé confundido. Aturdido como una mosca a la que le acabaran de echar fly. La pregunta que tanto me retumbaba en los oídos durante mis frecuentes noches de insomnio: ¿pasta o pollo? ¿pasta o pollo? ¿pasta o pollo? estaba a punto de desvelarse. Así que, dispuesto de una vez por todas a descubrir tan trascendental enigma me envalentoné y le pregunté a otra azafata, esta un poco menos agraciada que la anterior, todo hay que decirlo:
-Señorita, siento gran curiosidad: ¿el pollo viene con algún tipo de guarnición?
-Sí, caballero, viene con pasta -me respondió sonriendo como un hiena.
Así que, dicho lo cual, la próxima vez que suban a un avión, si se enfrentan con el segundo gran dilema existencial de la aeronáutica civil, que no es otro que el mítico: ¿Té o café? Ya saben que da igual lo que elijan, se van a beber lo que a ellos les de la gana.
No sean tontos y hagan como yo. A las azafatas les pone muy cachondas la gente con personalidad y amplios conocimientos culinarios, se lo aseguro.

16 comentarios:

  1. Tomaremos nota Pepe. a partir de ahora, me llevaré el pernil debajo del brazo, jejeje, un abrazo

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  2. Eso de llevar la torta bajo el brazo ,como que no me late, pero lo tomaremos en cuenta , contando que hay sobrecargos hombres;las mujeres no son de mi elección.

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    1. Los sobrecargos masculinos también tienen lo suyo...Me late mandarte un beso de chocolate. Un abrazo, Maricruz.

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  3. O como Paco Martínez Soria, en aquella película: creo que era La ciudad no es para mí. Que andaba, con una cesta en el brazo, y una gallina dentro.

    Abrazo.

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  4. Mi mente es un poco calenturienta, intentó ponerle cara y cuerpo a todos tus ligues imaginarios, que terminan siendo los mios también. Por la comida en los aviones no tengo ningún problema, me lo como todo.
    Divertido relato!!

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    1. Tienes un estómago a prueba de bombas, Mario. Ligo menos que un caballo de escayola. Saludos

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  5. Vamos gato por liebre. ...ja ja ja viva el bocata de jamón en los aviones.

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    1. Eres la única que se ha sumado a mi propuesta, mil gracias Lola. Saludos

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  6. Pollo y pasta, joder que mala combinación con lo buena que está la pasta con tomate o hasta incluso carbonara...yo como tú, viajo poco pero cuando tenga que hacerlo, un buen bocata de jalufo ibérico con una buena birra, .......

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  7. Ostras por eso no ligoooo pq no voy en aviones,jo, bueno pues si lo hago ya me copio tu estrategia, un poquito jamón y fijo que los azafatos, bueno nó mejor el piloto o los pilotos hasta el automatico, sean miosssss.
    Besito

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    1. Lo del piloto automático me ha recordado una escena de la película "Aterriza como puedas". Un abrazo, Inma.

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  8. Me llevaré un bocata de jamón la próxima vez. Con pan tostado está buenísimo.

    Un abrazo

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    1. Gracias Amalia, cualquier viaje, con un buen bocata, se hace más liviano. Un abrazo.

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