viernes, 1 de noviembre de 2019

A mi pequeña Ana


Todo el mundo lo sabía, Anita, pero nadie hacia nada. Esto suele ocurrir con demasiada frecuencia. Las cosas, hasta los más horribles desastres, comienzan a fraguarse delante de nosotros y no hacemos nada. Estamos tan ocupados llenando de grano nuestro granero, tan ensimismados en nuestro día a día, que no vemos venir el fuego que, amenazante, baja a toda velocidad por la ladera. 
Y casi siempre nos damos cuenta demasiado tarde, Ana. Tú tienes que estar con cuarenta ojos. Alerta como un culebra. Ágil como un cernícalo. Fuerte como un roble, Ana. La vida no es como los cuentos de Disney. La vida es un jungla en la que siempre ganan los mismos. Ganan los cazadores, los desaprensivos, los que no empatizan con nada y ni con nadie, y que todo lo quieren para si mismos. Vivimos en la jungla del egoismo, mi pequeña. Desconfía hasta de tu propia sombra. Tienes, quiero, que seas fuerte; pero fuerte de corazón. Todo el mundo no es igual. Igual que hay día hay noche, mi tesoro. Lo díficil es distinguir entre las sombras, entre la maleza, entre tanto ruido que no dice nada, o que lo que dice es para engañar. Cada vez más gente vive de la apariencia. Recuerda que hay lobos con piel de cordero. 
Mi pequeña: yo te quiero enseñar. Quisiera, si puediera, trasmitirte mi experiencia, mi forma de ver la vida, mi forma de entender a los demás. No venimos a este mundo a restar, Ana, venimos a aportar. Todos estamos en deuda con la tierra, con la naturaleza, en definitiva, mi amor, estamos en deuda con la vida. Una vida que, caprichosamente, te trajo hasta nosotros.
Somos, todos, la cara y la cruz de una misma moneda. Todos llevamos dentro el bien y el mal. Todos, incluso yo, podemos llegar a fallarte en algún momento. Por eso, Ana María, has de ser fuerte, despierta, inteligente, ágil, y tener la capacidad de soportar, como un junco, los vaivenes que la vida te tiene preparados. 
Dicen, mi vida, que  todo está escrito. Si yo pudiera encontrar tu libro de ruta, lo reescribiría para ti, y en cada renglón pondría un trocito de mi corazón. 
Tu padre y tu madre te amamos, Ana María. Vamos a cuidar de ti. Vamos a intentar que seas una persona de bien. Una persona que sea mejor cada día.

4 comentarios:

  1. Pues si es la de la foto aprenderá pronto, porque tiene una cara de lista que no puede con ella.

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  2. Buenas noches José...

    Sorprende un texto como éste en sus variadas expresiones. Leído con interés me permito comentarlo, no en vano lo has hecho público para poder compartirlo.

    Destaca lo primero lo que parece ser un suceso que haya ocurrido. Respetable tu silencio sobre ello.

    De lo siguiente de tus palabras cabe deducir cierta gravedad a tenor de la propia "gravedad" de éstas...

    Palabras duras, de advertencia, palabras de desconfianza, alertas sobre riesgos, prevención sobre su futuro, etc. Casi una jaula de oro...

    Desconozco la edad de la pequeña. Si la imagen la representa, una niña. Y no tengo claro, amigo, si todo tu escrito sería conveniente hoy para ella...

    Te agradeceré me disculpes el atrevimiento de mis palabras. Aprecio y respeto las presiden. Pero, disculpas una vez más, parecen las tuyas más un desahogo personal que una enseñanza para ella.

    Abrazos.

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  3. Hola Jfbmurcia , unos buenos consejos le das a tu hija , y esperemos que ella sea como tu dices fuerte , pero lo que tenga que ser sera , ya que el destino no sabemos lo que nos deparara , ánimo amigo , esperemos que tu hija tenga una buena vida , y no padezca mucho por los avatares de la vida , te deseo una feliz noche besos de flor.

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  4. ¡ Que linda es ! esperemos que todo le vaya bien en la vida. Besos para los dos.

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